José Antonio Rodríguez posa en uno de los patios del Palacio de Congresos de Córdoba. Foto: Toni Blanco.

JOSÉ ANTONIO RODRÍGUEZ: “La guitarra flamenca debe adaptar su lenguaje a los tiempos actuales”

José Antonio Rodríguez (Córdoba, 1964) es uno de los maestros asiduos al Festival de la Guitarra. Nos cuenta que es fiel a su cita con el apartado formativo del festival desde hace más de diez años. Y lo cierto es que sus cursos siguen estando entre los más demandados por las decenas de jóvenes guitarristas que en estas fechas se acercan a Córdoba a perfeccionar su manejo de las seis cuerdas. Llegan de todas partes de España y el resto de Europa porque aquí encuentran la oportunidad de empaparse de la sabiduría de algunas de las guitarras más brillantes del mundo.

Y, sin duda, si de lo que hablamos es de flamenco, la de José Antonio Rodríguez ocupa uno de los lugares más altos en el escalafón. Y es que este cordobés pertenece a esa generación de oro de artistas de la tierra que han paseado el nombre de Córdoba por los escenarios de medio mundo. Un guitarrista que por encima de todo es músico. Y un flamenco camaleónico que lo ha dado todo por la sonanta.

Más de diez años impartiendo cursos en el Festival de la Guitarra, ¿debe ser gratificante poder transmitir sus conocimientos a los más jóvenes?
– La verdad es que sí, aunque no me suelo dedicar a la docencia. Esporádicamente participo en masterclass cuando estoy en festivales y la verdad es que aún suelo ponerme un poco nervioso. Es gratificante porque explicamos a los más jóvenes todo lo que a uno le ha costado aprender una vida entera a base de tocar y tocar. Antes teníamos que ir a peñas para acompañar, la técnica la trabajábamos a base de machacarnos y lo cierto es que hay recursos que se pueden estudiar para que todo eso sea mucho más fácil. 

¿Qué es lo que más le interesa a sus alumnos?
– El mundo de los guitarristas es un mundo aparte. Lo único que quieren es tocar, tocar y tocar. Este año he planteado el curso buscando adaptar la técnica a la expresión. Dicho así puede resultar que no tiene mucho sentido, pero es fundamental.


«No se puede convivir en la música solamente con sentido de la rítmica y la métrica»


Su curso lleva por nombre ‘Características técnicas y expresivas de la guitarra flamenca actual’, ¿qué aspectos son los que aborda?
– Para expresar con la guitarra no basta solo el sentimiento, sino que hay que contar con un lenguaje para que fluya lo que quieres transmitir. Por ejemplo, la técnica y la digitación son muy importantes para acentuar, parar frases… Casi siempre nos preocupamos en estos cursos de configurar ejercicios y técnicas que ayudan a tocar algo. Sin embargo, en esta ocasión, nos estamos ocupando directamente de interpretar echando mano de esos recursos técnicos. Porque el fin de este trabajo es acompañar, dar un concierto… y eso no se enseña. Deben aprender a tener la capacidad en esos momentos de abstraerse, parar las manos y ser más músicos que guitarristas.

– ¿Quiere decir que el concepto de músico dentro de los guitarristas flamencos no es algo que esté muy consolidado aún?
– No hay que olvidar que la musicalidad es una máxima que hay que tener en cualquier estilo. No se puede convivir en la música solamente con el sentido de la rítmica y la métrica. La música hay que expresarla y para ello hay que tener un buen dominio de la técnica. En este sentido, la guitarra tiene muchos recursos y se pueden sacar sonidos de muchas maneras.


Foto: Toni Blanco.

«Los de mi generación llegamos a ser obsesivos con la guitarra»


– ¿Puede decirse que la guitarra flamenca es uno de los instrumentos que más ha evolucionado en los últimos años?
– Sí. La guitarra flamenca todavía es muy joven, pero ha evolucionado muchísimo en muchos sentidos. El flamenco por sí solo tiene una entidad grandísima y no necesita nada más. Pero el músico debe ser inquieto y la guitarra flamenca debe adaptar su lenguaje propio a los tiempos actuales. Yo no solo me he criado escuchando a Fosforito o a Camarón, también he escuchado a Bob Dylan, Scorpions o Los Beatles… A mi me interesa conocer otras cosas, aunque la forma en que expreso mi música sea el flamenco.

¿Hay mucha diferencia entre los alumnos que tiene ahora y la gente de su generación?
– Están muy bien preparados y en eso tiene mucho que ver con la formación y la información a la que tienen acceso. Sin embargo, creo que tienen menos inquietud que los de mi generación. Es diferente. Nosotros queríamos ser guitarristas y el que se lo planteaba al final terminaba siéndolo. Nunca me plantee ser otra cosa. Y esa inquietud y pasión desmedida por la música no la veo en los jóvenes. Los de mi generación llegamos a ser obsesivos con la guitarra y también creo que hay que entender que eso tampoco es sano.


Foto: Toni Blanco.

«El principal defecto que tenemos los guitarristas es que tocamos con la vista»


¿Cuál es el consejo que nunca se cansa de repetir a sus alumnos?
– Siempre les digo a mis alumnos que se escuchen. El principal defecto que tenemos los guitarristas es que tocamos con la vista. Nos vemos las manos y no escuchamos lo que tocamos. Es más importante lo que dices que cómo lo dices. Y esa es una cuestión que hay que trabajar en casa. A mí me cuesta mucho escucharme e incluso tengo que grabarme porque a veces me siento tan atado al instrumento que soy incapaz de escucharme.

¿Córdoba es realmente la ciudad de la guitarra?
– En julio, sí… (Risas). Yo no creo que haya ninguna ciudad de la guitarra. Ni lo creo ni es algo que considere importante.

Esta semana ha salido a la venta Acustic Fever, donde colabora con músicos de míticas bandas como ‘Scorpions’ o ‘Toto’, ¿podremos verlo por aquí en la gira de conciertos del disco?
– Acustic Fever es un disco de Herman Rarebell, que lo tendremos aquí acompañando a la batería a Michael Schenker (también de Scorpions). Es un álbum hecho por sus amigos, con gente de algunas de las bandas más importantes del rock. Y por una serie de circunstancias colaboro en cinco temas del primer disco, que son versiones en acústico de Scorpions. Es un trabajo que no tiene nada que ver con lo que yo hago, pero me lo he pasado muy bien. Toco con la guitarra flamenca, pero sin aflamencar su música. Se va a hacer una gira de presentación en noviembre por Francia, Alemania, Holanda y Suecia, pero no sé si pasaremos por España. Lo que sí llevaré es una pedalera potente para que se pueda escuchar también a una guitarra flamenca con distorsión.

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