Entrevista a Paco Peña, guitarrista de flamenco de Córdoba

PACO PEÑA: «Nunca he buscado una recompensa personal con mi trabajo»

Fue el primero en llevar el flamenco al Royal Festival Hall de Londres. Ha recorrido medio mundo con su compañía y compartido escenario con guitarristas como Jimmy Hendrix. Y hace tan solo unos meses se convirtió en el primer y único flamenco que ha recibido la Medalla de Oro de las Artes del Centro Kennedy. Paco Peña (Córdoba, 1942) es sin duda historia viva de la guitarra. Humilde de orígenes y espíritu, la sonanta de este maestro ha hecho escala de nuevo en Córdoba, donde este mes prepara su nuevo espectáculo ‘Quimeras’, con el que iniciará una nueva gira internacional a partir de octubre.

– ¿Qué se le pasa a uno por la cabeza cuando le dicen que va a recibir la Medalla de Oro del Centro Kennedy?
– Cuando me lo anunciaron fue una gran satisfacción, porque me conmueve que el flamenco, que es mi música y es de aquí, tenga un reconocimiento a nivel mundial. Pero la verdad es que nunca he buscado una recompensa personal con mi trabajo, sino que he hecho lo único que sabía hacer.

– ¿Qué le han aportado sus encuentros con músicos indios, de jazz, blues o clásicos?
– La vida es un aprendizaje continuo y cuando coincides con personajes de gran dimensión musical, moral o personal resulta muy enriquecedor. Por suerte, me he codeado con grandes guitarristas clásicos y de otros géneros e inevitablemente uno se va enriqueciendo al conocer los giros, las formas y las técnicas de otros estilos musicales.

– Se suele hablar en sentido negativo de fusionar el flamenco, pero este arte es pura mezcla en esencia…
– Efectivamente. Es como nuestra cultura, que tiene muchas influencias. A mí no me gusta el término ‘fusionar’. Lo que siempre he hecho es tratar de comprender otras cosas, que luego son capas que le vas poniendo a tu propio ser.

– A lo largo de su carrera ha dejado grabados 40 discos y un sinfín de espectáculos, ¿De cuál de ellos se siente más satisfecho?
– Una vez que termino un disco no me gusta volver a escucharlo, pero hay un trabajo del que guardo un especial recuerdo. ‘Misa Flamenca’ fue una obra que me encargaron en Polonia para la celebración de un gran festival de música sacra. En este trabajo me acerqué al mundo clásico tratando de combinar elementos y de que el coro clásico cantara flamenco. Y para mí resultó fascinante el roce de un cante flamenco puro con la belleza del coro clásico.


Paco Peña, guitarrista flamenco de Córdoba
Paco Peña en el montaje de su último espectáculo ‘Quimeras’. Foto: Toni Blanco.

«Hay que estar muy convencido de uno mismo para decir que algo es bueno»


– ¿Por qué no vuelve a escuchar sus discos?
– Es que hay que estar muy convencido de uno mismo para decir que algo es bueno… Creo en mí mismo, pero nunca presumo de mi arte.

– ¿Es Londres un buen lugar para un flamenco?
– La guitarra allí es muy popular y es uno de los mayores centros culturales del mundo, donde además el flamenco es un arte que está muy reconocido. Allí tengo mi residencia, porque es una ciudad que me encanta, pero mi flamenco lo hago en todo el mundo y, por supuesto en Córdoba, donde vengo a montar muchos de mis espectáculos.

– Su éxito internacional derivó más tarde en multitud de reconocimientos en España, ¿es verdad eso de que nadie es profeta en su tierra?
– Son circunstancias históricas… Hace años la guitarra flamenca de concierto no existía en España. Figuras como Sabicas o Ramón Montoya grababan en Estados Unidos y Francia y la guitarra flamenca se reconocía más fuera de nuestro país. El cante era lo que se escuchaba y la guitarra solo era un elemento más. Incluso el advenimiento de Paco de Lucía se produjo después del reconocimiento de la guitarra flamenca fuera de nuestras fronteras.


Entrevista a Paco Peña, guitarrista de flamenco de Córdoba
Paco Peña en el montaje de su último espectáculo ‘Quimeras’. Foto: Toni Blanco.

«La juventud ya percibe el valor de la guitarra flamenca y eso es imparable»


– La guitarra flamenca ha pasado de la calle a los conservatorios, ¿qué le parece el nivel que ha alcanzado la guitarra flamenca hoy en día?
– La juventud ya percibe el valor de la guitarra flamenca y eso es imparable. Por otra parte, los niveles de habilidad y aprendizaje que tienen los chavales es algo fantástico y la llegada de la guitarra flamenca al conservatorio era algo que tenía que pasar. El arte flamenco como realmente se aprende es por contacto y roce con la gente, con el vino, con la cultura que lo ha hecho… Pero eso no quiere decir que sea la única manera

– ¿Qué es lo que tiene el flamenco que allá por dónde pasa no deja a nadie indiferente?
– Tengo una pequeña teoría al respecto. Pienso que el flamenco maneja elementos humanos básicos. Emociones de protesta, alegría, dolor… y esos sentimientos son comunes a todos los seres humanos. Otras culturas quizá ya se han sofisticado y se encuentran más distantes de esos elementos. Por eso cuando el flamenco llega a otros países, transmite de nuevo el valor de esos sentimientos tan primarios. Y quizá de ahí que el flamenco tenga tanta pegada donde quiera que va.

– Y eso a pesar de que el flamenco de hoy en día, sobre todo en producciones de gran formato, es cada vez menos visceral y más técnico…
– Efectivamente. Hay que tener cuidado con esto. Yo monté mi propia compañía, porque quería romper con la presentación del flamenco que hacían las grandes compañías. Creo que difuminan la realidad y la fuerza del flamenco. Mi filosofía es que hay que proyectar siempre la verdad y no difuminarla, aunque haciéndolo puedas vender mejor el espectáculo.

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