Edu Lozano, bailaor de flamenco de Córdoba

EDU LOZANO: «La improvisación en momentos dados hace grande al artista»

El próximo 10 de febrero el bailaor Edu Lozano (Córdoba, 1979) regresará a México D.F. donde reside desde hace tres años. Las estancias en Córdoba del artista son aprovechadas por numerosos jóvenes para recibir sus clases, como las que está impartiendo actualmente en la Asociación Cultural Nosolodanza. Una intensa y fructifera trayectoria artística avalan a este bailaor, Premio Carmen Amaya en el XVI Concurso Nacional de Arte Flamenco de Córdoba en 2001 y valorado por sus propios compañeros como uno de los más importantes de su generación, Edu Lozano ha bailado para Enrique Morente, Vicente Amigo, Carmen Linares, Arcángel… Ha formado parte de importantes compañías como las de Javier Latorre o Eva ‘La Yerbabuena’ y se ha forjado como bailaor en tablaos, festivales y teatros. Todo un cúmulo de vivencias y experiencias artísticas que comparte con sus alumnos.

– ¿Qué esperan tus alumnos de ti?
– La entrega y la sinceridad en el baile. Con los cursos que estoy dando me siento muy bien porque quiero transmitir lo que yo siento con el baile. Estoy enseñando a bailar, no a poner tres pasos y me voy para la casa… No se trata de eso sino de enseñar qué es la colocación y el sentido que tiene el cuerpo para bailar. Parece que todo se centra en los pies, pero ¿qué pasa con el cuerpo?. Estamos viendo últimamente a bailaoras y bailaores que están muy bien entrenados y ensayados, pero a los que les falta un poco el alma bailando. Suelen enfocarse más en la preparación que en el corazón a la hora de bailar y creo que mis alumnos buscan de mí como planteo los bailes y el sentido que le doy, además de mi experiencia.

– ¿Ha anulado la técnica la capacidad de improvisar en un momento dado?
– Cada cosa tiene su momento. Hay que buscar la descolocación perfecta como yo digo. No todo tiene que ser rígido, controlado y calculado, sino que hay que tener alma. Aquello que se decía de tú me tocas, tú me cantas y yo bailo, eso prácticamente no se hace ya, solo en casos contados. Pienso que la improvisación en momentos dados hace grande al artista, y no estar siempre con la mente pendiente en ahora cierro en el seis, ahora en el nueve..

 


«No todo tiene que ser rígido, controlado y calculado, sino que hay que tener alma»


 

– ¿Quienes se dedican a bailar tienen las ideas claras de lo que significa el baile como medio artístico y creativo o simplemente lo asumen como una ocupación profesional sin más?
– Hay muchos que solo se guían por las personas que están arriba, por los que tienen éxito. Si a uno le va bien el estilo de tal o cual bailaor o bailaora de moda, copian ese estilo, tanto lo bueno que pueda tener como lo malo, sin pararse a pensar que lo importante, lo que va a valer y quedar es el estilo propio de cada uno. Por supuesto que hay que coger lo bueno de los maestros, de esas personas que son referentes, pero para después integrarlo en ti y hacerlo tuyo. No vale la copia por la copia sin más. Para llegar a poder expresar tus propias inquietudes, a ser tú y expresar lo que de verdad sientes, tienes que haber pasado por muchas experiencias, tanto personales como artísticas. Yo siempre aconsejo a mis alumnos y a quien me lo pregunta que hay que buscar ser uno mismo.

– ¿Cuál es la lección que mejor has aprendido a lo largo de su trayectoria?
Que yo no puedo superar a nadie. Es una tontería estar intentando superar a unos determinados bailaores o bailaoras. Pienso que solo me puedo superar yo mismo, porque es la única manera de ir creciendo como bailaor. Es algo en lo que se fijan los jóvenes, en intentar superar a bailaores y bailaoras que tienen éxito o una personalidad artística grande, sin mirarse en ellos.

 


«Pienso que solo me puedo superar yo mismo, porque es la única manera de ir creciendo como bailaor»


 

– ¿Echas de menos en México el ambiente flamenco de tu tierra?
– La verdad es que nunca dejas de sentir nostalgia. Cambia bastante el estar tan lejos de tus amigos y de la familia, pero por otra parte me encuentro bien acogido porque allí valoran muchísimo este arte nuestro y lo tratan con mucho respeto. Me sigue llamando la atención siempre las ganas que tienen de aprender, algo que en cambio aquí no pasa. Aquí muchos aprenden solo dos bailes y ya se creen figuras. Allí no se rinden y siempre están pendientes de todo lo que sucede en el flamenco y aprenden con todo el mundo. En este ambiente la verdad es que me siento muy a gusto, ya que hay muchas personas que bailan o tocan la guitarra. Una amiga mía, la bailaora Patricia Linares, estuvo en Córdoba hace muchos años y participó en 1986 el Concurso Nacional de Arte Flamenco obteniendo una mención especial, pues ella tiene unos conocimientos impresionantes de flamenco, de cante, guitarra y baile. Y como Patricia mucha gente más.



«Mi actitud siempre ha sido la de buscar la honestidad del baile en una soleá, en unas bulerías o en unos tangos»


– ¿Tienes proyectos artísticos en mente?
– Hace unos días y hablando con un artista muy querido por mí, el bailaor Daniel Navarro, me animaba a que empiece a montar espectáculos en los que exponga mi forma de sentir el baile. Me decía Dani que se echa de menos ‘la verdad’ en el baile. Ahora parece que se está a ver quien hace la barbaridad más grande bailando, bailando lo que sea. Mi actitud siempre ha sido la de buscar la honestidad del baile en una soleá, en unas bulerías o en unos tangos. Aunque sean coreografiados de distintas formas, pero maneras que sean flamencas. Esta sería la base y el sentido de cualquier espectáculo que pueda montar. Cuando marche de nuevo a México quiero contar con varias personas que ya conozco y hacer realidad este tipo de espectáculo. También a ver si tengo la suerte de poderlo presentar en cualquier momento aquí, en Córdoba con motivo de la Noche Blanca o en otro evento.

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