MANUEL MORENO ‘EL PELE’: “Queda mucho ‘Pele’ para rato”

La noche que ‘El Pele’ apareció en la inauguración de la Bienal de Flamenco de Sevilla hacía apenas diez días que acababa de salir del quirófano. Intervenido de un tumor del que se recupera favorablemente, ese día a duras penas pudo subir al escenario del Real Alcázar de Sevilla. Pero este genio del flamenco, no defraudó a nadie. A solas con sus tormentos y apoyado en una banqueta, sacó las pocas fuerzas que llevaba dentro para cantar una desgarradora soleá que se recordará durante años. Un lamento que revolvió las entrañas del público y que a este cantaor cordobés le ha valido el Giraldillo al Momento Mágico de la Bienal.

– ¿Cómo se siente ahora, Manuel?
– Me encuentro bastante bien. Pero me ha tocado lidiar el toro más importante de mi vida y ahora espero que todo termine pronto para pensar que ha sido solo una pesadilla. Poco a poco voy recuperándome de la intervención y me gustaría dar las gracias a los profesionales que tenemos en el Hospital Reina Sofía de Córdoba, sobre todo a los doctores Sánchez de Puerta y Gema Pulido. Y a los aficionados decirles que no se preocupen, que queda mucho ‘Pele’ para rato…

– ¿Cuál es la mejor medicina para ‘El Pele’?
– Para mí la mejor medicina es la familia y sentirme apoyado por la gente que me quiere. Porque los amigos han desaparecido casi todos. Es una pena, pero es bueno darse cuenta de estas cosas.

– ¿Qué ha significado para usted que en estos momentos tan difíciles se le reconozca con un Giraldillo?
– Fui a actuar a la Bienal cuando solo habían pasado diez días de la operación y tuve que cantar apoyado en una banqueta. Incluso Chiquetete estaba preparado para sustituirme porque la gente pensaba que no iba a acudir al concierto. Pero nada más subir al escenario, Sevilla se puso bocabajo. Sobre el escenario soy otra persona, no soy humano. Y yo necesitaba actuar a pesar de estar recién operado. Para mí ha sido una satisfacción muy grande que el premio que me han dado haya sido el único que no se ha discutido, porque he sentido correspondido el esfuerzo que hice para estar allí.  

– Y Córdoba, ¿reconoce esta ciudad a sus artistas?
– No. Yo llevo cuarenta años representando el nombre de Córdoba por todo el mundo y a mí hasta ahora no me han dado el sitio que creo que me merezco. Ninguno de los políticos me ha llamado para felicitarme por el premio ni me ha atendido como es debido.

– ¿Cómo le ha tratado el flamenco en este tiempo?
– Me ha tratado bien, porque los aficionados me quieren y me respetan mucho. Ten en cuenta que yo he dejado una escuela, una forma nueva y fresca de cantar por alegrías y soleá. Y solo hay que ver que la mayoría de los cantaores que hay ahora están haciendo las cosas de Morente y mías.

– ¿Qué va a pasar entonces con el legado de ‘El Pele’?
– Ya hace diez años que propuse al Ayuntamiento un proyecto de Estudio de Cante para enseñar a los jóvenes a afinar, a respirar, a educar la voz, a distinguir los estilos de cante… Sin embargo, los políticos no me han hecho ningún caso, a pesar de que he ido nueve veces a Madrid a cantar sin cobrar ni un duro para promocionar la candidatura de la Capitalidad Cultural de 2016.

– A lo largo estos años ha actuado junto a figuras como David Bowie, Prince, Michael Jackson o Tina Turner, ¿con quién le hubiera gustado compartir escenario?
– Me hubiera gustado poder actuar junto a Louis Armstrong, porque me identifico mucho con él. Y también con Chavela Vargas. Pero recuerdo una experiencia muy bonita con Tina Turner y Paco Peña en Londres. Después de una actuación en el Royal Festival Hall, ella nos invitó a su casa. Y allí, a la luz del alba, un negro empezó a tocar el saxo tirado en el césped. Tina Turner abrió la ventana y se puso a cantar con él y entonces también me arranqué yo por seguiriyas. La que se lió allí fue una auténtica locura…

– ¿Cómo se consigue ser innovador en el flamenco sin perder la pureza?
– Desde que me levanto hasta que me acuesto estoy escuchando cante y metiendo cientos de miles de letras por soleá y seguiriyas en un cocktelera para ver qué puedo sacar. Nuestros viejos nos dejaron muy claro cuál era la fuente de la que hay que beber, lo que hay que hacer es intentar crear cosas frescas sin hacerle daño a lo que ellos nos dejaron. Enrique Morente fue el primero que hizo algo nuevo y lo machacaron. Sin embargo, ha sido el único que ha renovado realmente el flamenco. Conmigo no se metieron tanto porque yo sonaba a flamenco.

– Por qué hoy día apenas salen artistas que impriman un sello personal en su cante…
– No sabría explicarlo. Hay que tener algo dentro, ser uno mismo y, por supuesto, cantar con las entrañas.

– ¿Usted cree que el duende nace de la anarquía y la improvisación?
– Hace unos meses estuve en una conferencia en Holanda y me preguntaron qué era el duende. Y yo les dije que el duende no existía, que simplemente era el estado anímico del artista. Lo que ocurre es que somos personas y no siempre estamos bien. El otro día en Sevilla no canté yo, lo hicieron mi corazón, mi alma y las fuerzas que me dio Dios.

– Usted que aprendió el flamenco en la calle, ¿qué opina de que ahora los jóvenes lo aprendan en los Conservatorios?
– Hoy los jóvenes lo tienen muy fácil. Recuerdo que con doce años me escapaba de mi casa y me iba a Huelva haciendo autostop para poder escuchar cantar a María ‘La Conejilla’. Lo que ocurre es que creo que no hay tan buenos aficionados como antes y no veo cantera.