María Rojas ‘La Mariquilla’ nació el 29 de noviembre de 1926 en el típico barrio cordobés del Alcázar Viejo. Su privilegiada garganta ha sido premiada en muchas ocasiones. tanto en la interpretación de la saeta como en otras modalidades. Pero el premio que ella recuerda con más emoción es el primero que recibió en la categoría de saeta, no sólo por ser el primero sino que, además, en el jurado estaba “La Niña de la Alfalfa”, una saetera sevillana a la que María Rojas admiraba profundamente.
Más tarde, con motivo de la representación de la obra Malvaloca pasó por Córdoba la actriz María Fernanda Ladrón de Guevara, quien enterada de las facultades de “la Mariquilla” para cantar lo mismo flamenco que la copla, la mandó a llamar para que actuara en dicha obra. Cuando la escuchó cantar quiso llevarla a Madrid asegurándole éxito y fama. Pero María Rojas no se fue a Madrid ni pudo cumplir nunca el sueño de cantar en grandes escenarios. Su familia no lo permitió, su padre no veía con buenos ojos que su hija fuera artista y a ella mismo no le pareció bien dejar solos a sus padres.
Después, cuando se casó, en Córdoba la requerían para cantar saetas. Iba sólo a los actos de más compromiso porque su marido tampoco le permitía que se realizara como ella deseaba. Incluso, en cierta ocasión, el hijo de Julio Romero de Torres, al conocerla quiso pintar su perfil, y su marido se opuso porque, según dijo “Podrían utilizar tu cara para ponerla en algún cuerpo desnudo”.
Sólo de dos cosas se lamenta “la Mariquilla”, no haber tenido hijos que hubieran heredado su arte y, la que más, no haber podido pasear su voz por los escenarios del mundo.
María Rojas sigue cantando cada Semana Santa al Cristo de la Pasión desde uno de los balcones de su querido barrio.
Fuente: Ateneo de Córdoba.
Para más información visita: Enciclopedia del Flamenco del Ateneo de Córdoba