Israel Galván en uno de los momentos de su espectáculo 'La Edad de Oro'.

ISRAEL GALVÁN: «Parece que molesta que baile con libertad»

A Israel Galván (Sevilla, 1973) no es habitual verlo en Córdoba. Este viernes vuelve al Gran Teatro con su espectáculo ‘La Edad de Oro’ casi cinco años después, cuando lo vimos bailar por última vez en la Noche Blanca del Flamenco. Galván acaba de regresar de gira por Francia tras el controvertido estreno de su obra `Lo Real’ precisamente en el Teatro Real de Madrid.

Sus vanguardistas creaciones -que en este último espectáculo tiene como telón de fondo el holocausto gitano de los nazis- continúan sin ser bien entendidas en España, pero lo cierto es que causan furor en Europa. La prueba es que en Madrid fue abucheado por el público y en Francia lo han recibido como a una estrella de cine.

De vuelta a Sevilla, el bailaor nos hace un hueco en unos días que dedica a descansar y a ejercer de padre. Quizá el mayor reto al que se enfrenta este ‘rara avis’ único en su género.

Ahora que pasa unos días con su familia, se me ocurre preguntarle si para usted la faceta de padre también es un arte…
– Por supuesto. Hay que tener arte para todo, incluso para ser padre. No basta con leer libros de cómo ser buenos padres, sino que hay que tener un equilibrio, sentido común y también un poquito de eso… de arte para poder educarlos. 

¿Qué es lo que nunca se perdonaría como padre?
– No me perdonaría que pasara un segundo sin sentir que estoy viviendo con mis niños. Aunque tengo que pasar tiempo fuera de casa, siento que vivo con ellos a diario porque para mí vivir es también estar con ellos en la distancia, aunque no pueda verlos.

¿Y como artista?
– Lo que no me perdonaría es no ser fiel a mí mismo por el motivo que sea. Ahora cuando echo la vista atrás me alegro de haber hecho lo que he querido. 


Entrevista a Israel Galván.

«Me siento más libre bailando en Francia. El silencio que hay cuando bailo allí aún no lo he tenido en España»


– En Madrid el estreno de ‘Lo Real’ no fue bien acogido por gran parte de crítica y público, sin embargo en Francia ha sido todo un éxito. ¿Eso cómo lo digiere un artista?
– Hay que tener en cuenta que el Teatro Real no es Madrid. Es un espacio aparte, otro país. Además, creo que la acogida de la obra fue muy buena, lo que ocurre es que siempre llama más la atención quien insulta o falta el respeto al artista. Si esta obra se hubiera estrenado en otro teatro de la capital, no hubiera suscitado tanto revuelo. Pero sí que tengo que decir que me siento más libre bailando en Francia. El silencio que hay cuando bailo allí aún no lo he tenido en España, porque siempre hay en el teatro un murmullo de fondo. Además, he trabajado más allí. Me he recorrido el país entero y aquí hay ciudades a la que todavía no he podido ir. 

– Usted de niño quería ser futbolista, ¿a usted le pasa como a Cristiano Ronaldo, que se crece cuando le abuchea el público? 
– Cuando estrenamos en el Teatro Real, ‘La Uchi’, que es la mujer de ‘Bobote’, nos dio una gran lección a todos. Cuando yo bailaba nadie me decía nada, pero fue ver a una gitana en el escenario y empezaron los insultos. Ella fue esa noche la Cristiana Ronalda… Pero sí, creo que los artistas quizá también sacamos lo mejor de nosotros mismos cuando el público no lo tenemos a favor.  


Entrevista a Israel Galván.

«Estamos en un tiempo en el que lo importante es que no haya reglas. Lo fundamental es la energía flamenca»


– ¿Cuando habla de libertad creadora quiere decir que en el flamenco todo vale?
– Las obras que yo hago son muy diferentes entre sí. En ‘La Curva’, bailo la primera seguiriya que se hizo, que fue la de Vicente Escudero, y hay gente que dice que esos movimientos no son flamenco. Pero creo que estamos en un tiempo en el que lo importante es que no haya reglas y para mí es fundamental que el público sienta energía flamenca aunque esté bailando dentro de una pecera. 

– ¿Y cuál es el precio que paga el artista cuando hace lo que quiere?
– Cuando te dedicas al arte no puedes pensar en esto como si fuera una empresa. Estás en algo que es económica y emocionalmente incierto. Yo me he dejado llevar y los flamencos me decían que bailaba danza y los otros que era muy flamenco. Creo que todos los artistas que tienen una personalidad propia y diferente tienen que pasar por un proceso de transición, al igual que tiene que pasar por este proceso el público para poder asimilar lo que hacen.



Entrevista a Israel Galván.

«En cada obra he ido cambiando, porque con cada idea nueva se me transforma el cuerpo y la mente»


– Gusten o no lo que está claro es que sus obras no pasan desapercibidas y dan que hablar…
– Yo hago lo que siento y no intento provocar. Lo que pasa es que parece que a veces molesta que baile con libertad o que muestre en el escenario una ruptura con lo que se viene haciendo.  

– ¿Cómo calificaría la evolución de su baile en estos años?
– Cada obra que he hecho me ha ido cambiando un poco y en cada una de ellas se me transforma el cuerpo. Tengo muchos cuerpos dentro de mí ya desde que comencé a bailar y creo que con cada idea nueva me cambia el cuerpo y la mente.

– La obra que trae al Gran Teatro de Córdoba forma parte de su repertorio ‘clásico’ y fue estrenada en el Festival de Jerez en 2005, ¿qué podremos ver en este espectáculo?
– En ‘La Edad de Oro’ se unen las fiestas clave del flamenco a través del baile, el cante y la guitarra en un recorrido en el que intento transmitir mi forma de entender el baile con un fondo musical que parte del flamenco más tradicional.

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