Carmen Rivas ‘La Talegona’ (Córdoba, 1976), la más joven de la estirpe de ‘Los Talegones’, se siente emocionada cada vez que vuelve a Córdoba y pasea por las calles de su Judería. Aunque lleva 16 años en Madrid, una ciudad a la que “le debo todo como artista”, reconoce que está deseando volver a bailar en la tierra que la vio nacer.
En su caso, como en el de muchos otros flamencos de Córdoba, se cumple el dicho de que ‘nadie es profeta en su tierra’. Y es que lejos de Córdoba se ha pulido como artista actuando en los tablaos de ‘Casa Patas’, la ‘Sala Caracol’ o ‘El Corral de la Morería‘. Y su baile, racial y pasional por antonomasia, le ha abierto las puertas a actuar como solista en las compañías de Rafael Amargo, Blanca del Rey, Manolete, Cristóbal Reyes o Juan Andrés Maya.
En la actualidad, compagina la docencia en la Academia Amor de Dios de Madrid con una infatigable actividad artística. Su próximo proyecto, ‘Miroterráneo’, se estrenará en mayo en Barcelona, un espectáculo en homenaje al pintor surrealista catalán Joan Miró con el que Carmen ‘La Talegona’ verá cumplido su sueño de bailar junto a Antonio Canales.
– Usted lleva más de media vida fuera de Córdoba, ¿qué siente cuando vuelve a su tierra natal?
– Me siento muy a gusto, pero con cierta nostalgia. Salir fuera de Córdoba me ha aportado mucha experiencia. Yo llevo dieciséis años en Madrid y en este tiempo se me han abierto todas las puertas. He podido viajar fuera de España y me he sentido reconocida como artista. Pero me gustaría poder estar en Córdoba y hacer cosas aquí. Dar clases de baile y compartir experiencias con mis compañeros del mundo del flamenco.
– ¿Es verdad eso de que ‘Nadie es profeta en su tierra’?
– En mi caso, es una gran verdad. Yo respecto mucho a la ciudad en la que he nacido, porque mis raíces están aquí, pero es cierto que como artista se lo debo todo a Madrid. Lo que está claro es que yo soy cordobesa y mi siento muy orgullosa de ello.
– ¿Se siente, como dijo en su día Rafael Amargo, una ‘princesa del flamenco’?
– Creo que eso no lo tengo que decir yo. Yo me siento sencillamente una artista y expongo al público todo mi trabajo y todo lo que tengo en el corazón y en el alma en cada momento. Es el público quien tiene que hacer las valoraciones.
– ¿Cómo definiría su baile?
– Mi baile es pasional y racial. Cuando bailo soy completamente transparente, porque me dejo llevar por la música y los sentimientos en todo momento. Siempre no se baila igual, porque lo que se transmite bailando depende en gran medida de como una se sienta una en cada momento.
– ¿Es cierto que la amargura y la pena hacen bailar mejor?
– No. Todos los sentimientos influyen a la hora de bailar flamenco.
– Usted da clases de baile en la Academia Amor de Dios de Madrid, ¿qué le aporta profesionalmente la docencia?
– Llevo dando clases desde que tenía veinte años, pero nunca me he desvinculado de la vida artística porque disfruto estando en el escenario. La verdad es que siempre me he sentido muy privilegiada de poder dar clases de baile, porque cuando te dedicas a la docencia aprendes de tus alumnos al mismo tiempo que ellos aprenden de ti.
– ¿Está de moda aprender a bailar flamenco?
– Creo que sí. Hay mucha gente con unas ganas locas de aprender y de bailar para el público.
– ¿Qué elementos aporta el flamenco en relación a otras disciplinas de baile?
– Yo soy una enamorada de todas las danzas del mundo, pero quizá el flamenco destaque por ser muy pasional y creo que eso es lo que realmente engancha a la gente. En comparación con el baile clásico, el flamenco es una disciplina que permite más libertad y una carrera más prolongada a los artistas, ya que una bailaora puede continuar bailando sin problemas hasta los cuarenta o cincuenta años.
– Hace unos meses estuvo en Chile colaborando en un montaje de tango argentino, ¿qué tal ha sido la experiencia?
– Preciosa. En este proyecto he tenido el privilegio de conocer a Ángela Fernández, una cantaora excepcional, que ha sido quien ha puesto su voz a letras de Violeta Parra adaptadas al flamenco. Y, por supuesto, a Pedro Fernández, que fue quien me dio la oportunidad de conocer de otra forma el tango argentino.
– ¿Cuáles son sus próximos proyectos?
– El 29 de noviembre presento en el Teatro Francisco Rabal de Madrid un espectáculo que hemos llamado ‘Talegoneando’, en el que participa como artista invitado mi tío Talegón de Córdoba y Nino de los Reyes, que ha sido el ganador del último Certamen Coreográfico de Madrid. Y el próximo mes de mayo estrenaré ‘Miroterráneo’ en Barcelona, la última obra de Antonio Canales, en la que haremos un pase a dos y yo representaré su inspiración. A Antonio lo admiro desde que era una niña, por eso bailar con él es uno de los sueños de mi vida.
– ¿Hacia dónde se dirige el baile flamenco en la actualidad?
– A mí me gusta cómo está encauzado el flamenco actualmente. Disfruto con la fusión, porque soy una enamorada de las danzas, pero cada artista tiene su concepto del flamenco y el mío es muy racial. Eso no quita que de vez en cuando pueda añadir otros toques étnicos como el tango argentino o la música hindú.
– ¿Tiene el baile flamenco el reconocimiento que se merece?
– Internacionalmente, sí. En España, creo que a las Administraciones Públicas aún les queda mucho por hacer en aspectos como la difusión y la promoción del flamenco. Es necesario que los más jóvenes encuentren espacios donde poder desarrollar todo lo que aprenden.
– ¿A qué nivel se encuentra el flamenco en Córdoba?
Aquí tenemos grandísimos artistas y uno de ellos es Javier Latorre, que ha sido mi maestro. Como he dicho antes, me gustaría volver para poder compartir nuevas experiencias con mis compañeros del mundo del flamenco.