Siete copas de Jerez

Este espectáculo de Jerez confirma que el cante tradicional llena teatros como el Maestranza. Además, anoche se evidenció que si el tortista ha quedado huérfano, el capullista viene a ocupar su lugar. Hablamos de una clase de aficionado que linda con el forofo, y que encumbra a su cantaor más por sus excentricidades que por su arte.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Haga lo que haga el Tío Capu, habrá una parte del público que le reirá la gracia, deseando que repita la fechoría que le ha visto en su último video de Youtube. Mucho móvil furtivo y mucho palmero amateur entre el respetable, que venía con ganas de jalear y llevarse su dosis de compás festero y voces rancias.

Pero este VORS nos ratifica asimismo que el repertorio de los cantaores jerezanos es demasiado escueto como para que interpreten tres cantes cada uno. Empacho de bulerías pa’ escuchar, bulerías festeras y fandangos. La parte central del espectáculo se hizo monótona, prolongada por maestros que están más para dejar pinceladas que para enredarse en faenas de aliño. Y es que este tipo de recitales nos atraen por su exquisitez, por su condición de todo o nada, por la remota posibilidad de que se produzca ese instante inolvidable.

Luis 'El Zambo'. Foto: Adam Newby.

Nos mojamos los labios con el fandango arrebatador de Capullo, la personal seguiriya de Fernando de la Morena, la feminidad de la malagueña en la voz de la Macanita y, sobre todo, con la solemnidad de Manuel Moneo y su mairenismo aplicado a los cantes de Jerez en seguiriyas y soleá. El Zambo no tuvo su tarde. Tía Juana la del Pipa sacia un tipo de fetichismo flamenco con su voz carbonizada, pero no puede ofrecer mucho más que esa estampa de otro tiempo.

De otro tiempo y quizás de otro mundo vino Manuel Agujetas. Con tres letras este cantaor es capaz de enunciar todo lo que el cante tiene (tenía) de radical,  trágico y oscuro. Agujetas canta por seguiriyas como el que habla. Con él desaparecerá un tipo de cantaor, ese que sin saber leer ni escribir era capaz de remover los registros emocionales más recónditos de quien le escucha. Y es que más que un cante viejo, lo de Manuel es una emoción antigua. Sus letras destilan una moralidad desfasada, y recrean una manera de amar, odiar y sufrir que quizás ya no existe.


VORS, Jerez al cante. Teatro de La Maestranza. Cante: Tía Juana la del Pipa, Capullo, Fernando de la Morena, Luis el Zambo, La Macanita, Manuel Moneo y Manuel Agujetas. Toque: Domingo Rubichi, Manuel Parrilla, Periquín Niño Jero, Barullito y Antonio Soto. Palmas: El Bo, Chícharo, Juan Flores y Jesús Flores.

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Sin comentarios

  1. el espectaculo que vimos no tiene nada que ver con lo que ha escrito este perioidista,desde luego las mil personas que estuvimos alli no compartimos nada de lo que dices,LUIS EL ZAMBO canto muy bien nada de que no fue su tarde, lo siento pero no entiendes de cante ¿creo que te lo han contado ademas no eres nada objetivo la seguiriya de Fernando no estuve tan bien como tu lo dices, la opinion general es de diez para arriba, el cante de jerez es otra cosa que tu no entiendes

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