A priori ‘Cuerpo, mente y alma’, son los tres pilares fundamentales del baile flamenco, los tres elementos esenciales para llegar a la plenitud. El problema es que ninguno de ellos es suficiente por sí mismo sino caminan unidos y esto es precisamente lo que falló en el espectáculo que estrenaron Karime Amaya, Jesús Carmona y Paloma Fantova en el Lope de Vega el pasado viernes.
Estos tres jóvenes bailaores -con personalidad propia y enorme proyección- trajeron una propuesta que no buscaba seguir ningún hilo argumental sino mostrar tres formas de entender la danza o -mejor dicho- tres escuelas. Lo que ocurre es que a pesar de que todos dejaron patente sus cualidades, en algunos casos más técnicas y en otros más pasionales, ninguno logró por sí solo movernos del asiento. Aunque bailaran hasta la extenuación.
Por un lado, la sobrina nieta de Carmen Amaya, Karime Amaya, mostró por soléa unos excelentes giros y una velocidad de pies pocas veces vista en mujeres de su generación. El cuerpo. Además, la mexicana tiene una gran fuerza escénica y se entrega de una forma intachable, aunque le falte limar los remates y medir el temple.
Por su parte, Jesús Carmona, volvió a demostrar como ya hizo en la pasada bienal que es un bailaor largo con una técnica impresionante. Es elegante y tiene gusto y sus alegrías fueron sin duda lo mejor de la noche. Carmona además tiene ideas -mente- y sabe moverse por el escenario. Pero tiene aún demasiada rigidez y necesitó un poco de aire de la Caleta para llenar de sal este palo.
Por último, Paloma Fantova -el alma- es una fiera salvaje que por seguiriyas se rompió en varias ocasiones bailándole al cante y regalando algunos detalles de esos que uno percibe que no se aprenden delante de un espejo sino que salen de más adentro. Claro que necesita refinamiento en sus movimientos y en su presencia para no caer en lo caricaturesco o lo basto.
Además, los tres alargaron demasiado los palos y dieron mucho protagonismo a los interludios con un atrás no especialmente destacable. Tampoco acompañó una iluminación cenital que no sólo no dejó ver bien la propuesta sino que distrajo sobremanera sobre el baile. Y, desde luego, en algunos momentos -pecados de juventud- dieron mucha más importancia a hacer alarde de su virtuosismo y al efecto que al corazón. El gran ausente de la noche.
En cualquier caso, los tres quisieron dar lo mejor de sí y el público en su 90 por ciento extranjero quedó encantado. Fuera se ve que alucinan con los zapateados interminables. Por aquí gusta más un golpe de cadera.
‘Cuerpo, mente, alma’. Teatro Lope de Vega. Baile: Jesús Carmona, Karime Amaya y Paloma Fantova. Guitarras: Carlos de Jacoba y Jony Jiménez. Cante: David de Jacoba, Esaú Quirós y Miguel de la Tolea. Percusión: Lucky Losada. Violín: Thomas Roitiron. Coreografía y Dirección escénica: Jesús Carmona. Música: Lucky Losada.
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