Y el duende llegó por seguiriyas…

Llegados al ecuador de la fase de opción a premio del Concurso Nacional de Arte Flamenco de Córdoba, podemos decir que dos de los aspectos más significativos de las rondas anteriores habían sido, por un lado, la juventud de los aspirantes, con un promedio de edad de poco más de veinte años y trayectorias profesionales muy incipientes, y, por otro, el hecho de que el origen de todos los finalistas fuera andaluz. La tercera noche de la fase final del certamen resultó un contrapunto a lo vivido hasta el momento, pues reunió en el escenario del Gran Teatro al único finalista extranjero, el mejicano Daniel Mejía en la modalidad de Guitarra, y a los dos artistas más veteranos, la bailaora cordobesa Carmen La Talegona y el cantaor hispalense Juan de Mairena, ambos con un amplio bagaje profesional a sus espaldas.

Abrió la noche el guitarrista sudamericano, un artista conocido en los círculos flamencos de Córdoba, donde cursa el Grado de Guitarra Flamenca y ha tenido la oportunidad de formar parte de la programación paralela de la última edición del Festival de la Guitarra. Lo hizo con un toque por soleares de composición propia, recorriendo el mástil a golpe de pulgar y arzapúa. Tras esta primera pieza en la que se mostró en algunos momentos aturullado por los nervios iniciales, siguió su actuación con una taranta de su autoría, introduciendo este característico palo de levante sosteniendo un emocionante trémolo que levantó los primeros oles del público. Por último, entrado ya en faena de guitarra de acompañamiento, cerró su actuación con unos discretos tientos junto al cante de José ‘El Pechuguita’ y un romance con coreografía y baile de Sergio Aranda en los que dejó patente que el toque para el baile es su gran especialidad.

Medio siglo después de que su tía abuela, María Zambrano ‘La Talegona’, se hiciera con el Premio Cayetano Muriel por Fandangos y Verdiales en 1965, su sobrina nieta, la cordobesa Carmen ‘La Talegona’, subía a las tablas como finalista del certamen. Castañuelas y un vibrante inicio de la coreografía por soleá que asentó fundamentalmente en los pies, fueron su carta de presentación ante el jurado. La Talegona es de esas artistas que tiene el duende dentro y el baile le sale natural. Por si fuera poco, el público le allanó el camino estando de su lado desde un primer momento. En sus dos siguientes salidas, bailó por garrotín primero y culminó su participación por tangos. Fue de menos a más, primero con el sombrero cordobés como elemento artístico y luego vestida con mandil, revolviéndose flamenquísima como las antiguas gitanas de Triana.

En la disciplina de Cante, fue el turno para el hispalense Juan de Mairena, que estuvo arropado en el escenario por la guitarra de Francis Gómez y las palmas de Roberto Jaén y Dani Bonilla. Puso su voz tostada a entonarse por caña en la presentación, evidenciando su innata jondura a la hora de hacer los cantes. Se le vio seguro y cómodo en el apartado de cantes libres, donde optó por Granaína y media. Y, en los de compás, nos dejó un cante por sequiriyas con un exquisito repertorio de sonidos negros que fue lo mejor de la noche. Para terminar, se despidió con un cante por bulerías cuajando en conjunto una actuación redonda que a buen seguro dificultará al jurado decidir su fallo final.

Con dos tercios de la fase final vista para sentencia, este miércoles actuarán los tres últimos finalistas. Una noche que tendrá un notable acento cordobés, ya que contará con la participación del cantaor Rafa del Calli y el guitarrista Alfonso Linares. La bailaora granadina Irene Rueda cerrará el elenco de protagonistas de una velada que dará comienzo a las 20 horas en el Gran Teatro.