Surgiendo de la oscuridad y entre quejíos por farruca, hizo acto de aparición el jueves pasado en el Gran Teatro de Córdoba. Subió a las tablas con pañuelo al cuello y pantalón negro, el mismo que tantas críticas le valió hace años cuando decidió abandonar los trajes de volantes y lunares. Y mientras su sobrio taconeo acompañaba al cante desgarrado de Israel Fernández, vimos como se desvanecía de nuevo entre las sombras.
Veinte años después de formar su propia compañía, Sara Baras es uno de los grandes iconos del baile flamenco. Quien la ha visto bailar sabe que su estilo es inconfundible. Es sin lugar a dudas una de las pocas bailaoras que se pueden reconocer a la legua. Impregna de su personalidad creadora todo lo que hace. Sus coreografías, las puestas en escena, la iluminación y todo lo que rodea a sus obran llevan el sello Sara Baras.
Con el hilo conductor de la farruca inicial y la profundidad metafórica de los poemas de Santana de Yepes recitados en su propia voz en off, la bailaora nos hipnotizó durante casi dos horas con la intimidad de su baile en la penumbra, nos iluminó con su exhuberancia por alegrías y llegó a enamorarnos en el paso a dos con una exquisita versión musicada de Take this vals de Leonard Cohen que interpretó junto a su media naranja dentro y fuera de los escenarios, el bailaor cordobés José Serrano.
En su nuevo espectáculo ‘Sombras’, pudimos ver a la bailaora gaditana mostrarse más Sara Baras que nunca. Así lo hizo a medida que se fueron sucediendo sus apariciones en solitario en el escenario. Primero arropada por la intimidad que le confería la luz cenital en la farruca, luego rematando su baile por serranas con un taconeo frenético y girando sobre sí misma como una peonza para crear ese efecto tan suyo en el que juega con la falda de su vestido. Después envolviéndose en el mantón para darnos a probar la sal de las alegrías de su tierra natal y finalmente dedicando una tanda de desplantes y pases de muleta cuando tocó bailar por bulerías.
La bailaora, que representará este espectáculo en el Gran Teatro de jueves a domingo, recibió el cariño de un teatro con más de tres cuartos de entrada que cayó rendido a los piés de toda la compañía. Con especial mención al cante de Israel Fernández y el cordobés Rubio de Pruna, dos voces que arañaron hasta el punto de brindar algunos de los momentos más emocionantes de la noche.
En un final en el que la artista quiso mostrarse muy cercana al público, Sara Baras tomó el micrófono y dedicó unas palabras al público de Córdoba, donde reconoció “sentirse muy feliz de volver otra vez a un teatro en el que estuve por primera vez cuando era niña”. Luego, como final de fiesta, invitó subirse a la sobrina de Rubio de Pruna, con quien no perdió la oportunidad de pegarse una pataíta por bulerías. Lo dicho, Sara Baras en estado puro.
‘Sombras’
Ballet Flamenco Sara Baras
Dirección, coreografía y baile: Sara Baras.
Artista invitado: José Serrano.
Guitarras: Keko Baldomero y Andrés Martínez.
Cante: Rubio de Pruna e Israel Fernández.
Percusión: Antonio Suárez, Manuel Muñoz ‘Pájaro’.
Vientos: Diego Villegas.