La final de este año difícilmente pasará a la historia. Ayer se celebró en el Gran Teatro de Córdoba la última de las rondas de opción a premio del Concurso Nacional de Arte Flamenco sin que ninguno de los participantes haya demostrado el nivel de excelencia que se le presupone a un certamen con 60 años de historia y una nómina de ganadores que da escalofríos. Es cierto que los artistas encuentran ahora otros cauces más eficaces para promocionar sus carreras y eso influye en que muchos de los que están en la élite opten por no presentarse a concursar. Hoy día ya no es necesario tener un Premio Nacional para tener el reconocimiento de la profesión y hacerse un nombre. Y muchos están desencantados con los concursos. Hasta ahí, estamos de acuerdo. Lo que no es aceptable es el nivel que han demostrado varios de los finalistas. El ejemplo más claro lo hemos visto en la modalidad de Cante, sobre todo teniendo en cuenta los nombres que se han quedado fuera de la final. ¿Cómo se come que uno de los cantaores que acompaña a Eva Yerbabuena ni siquiera pueda llegar a la final? La respuesta evidentemente la tiene el jurado, que este año ha estado compuesto en la sección de Cante por Arcángel, Calixto Sánchez y Mayte Martín.
Ayer, en el Gran Teatro, disfrutamos sobre todo del toque de un cordobés que se postuló como firme candidato a llevarse este año el Nacional de Guitarra. Francisco Prieto ‘El Currito’, un guitarrista desconocido en el circuito flamenco, que jugaba en casa y dejó los mejores momentos de la noche tanto en su actuación de solista como en el acompañamiento. Tocó para rabiar por rondeña y zapateado, con una fuerza, derroche de técnica y capacidad de expresión admirables. Su toque supo añejo y rebosó flamencura. Y sus picados de vértigo pusieron patas arriba el patio de butacas. Con el público en el bolsillo, cerró su intervención acompañando por granaínas a la cantaora Cristina Pareja y por alegrías al bailaor Marcos Morales cuajando así una de las mejores actuaciones que hemos visto en toda la fase.
La jerezana Sara Salado fue la encargada de cerrar la modalidad de Cante. Demostró sus cualidades vocales con bonitas melismas y su buena afinación por granaínas y siguió por seguiriyas y peteneras. Pero de flamencura, bien poco. Estuvo encorsetada en todos los cantes resultando artificiales en muchos tercios. Solo la vimos cómoda por bulerías, el palo de su tierra.
Otra gaditana, la bailaora Claudia Cruz, puso el punto y final a la noche. Bailó primero por seguiriyas y alboreá dejando buenas sensaciones. Y terminó por tangos ganándose el favor del público. En su actuación estuvo arropada por un cuadro de primer nivel con el cante de Juan José Amador y Luis Moneo, la guitarra de Pino Losada y las palmas de ‘El Pelón’.
Hoy se darán a conocer los ganadores en las tres modalidades, si es que los hay, ya que visto lo visto en esto cuatro días no sería de extrañar que alguno de los tres premios quedara desierto. Y no sería la primera vez. Más aún si se quiere conservar el prestigio de un galardón que ha distinguido a figuras históricas. En cualquier caso, y a la espera de que el fallo se haga público, hoy continúa la programación paralela con el espectáculo ‘Lorca muere de amor’ del bailaor David Morales en el Gran Teatro y mañana ‘Nazareno y Olivares’ en el Teatro Góngora, una obra dirigida por el cantaor David Pino que narra la vida y obra de Fosforito. El sábado será la gran noche para los artistas que resulten galardonados, con una gala en la que se hará entrega de los premios y actuarán los ganadores.