Se dio a conocer como joven promesa del cante y ahora nos presenta su primer trabajo discográfico. Lo hace como artista consagrado, inmerso en giras internacionales con proyectos como Las Minas Flamenco Tour o la Compañía de Paco Peña. Bernardo Miranda (Fernán Núñez, 1988) pide paso como una de las nuevas voces del panorama flamenco. Un cantaor cincelado a golpe de tablao y recitales en las peñas, pero con un impresionante dominio y conocimiento de la técnica vocal. ‘De cante vengo’ es su primer disco de estudio -cuenta con una primera grabación en directo en la Peña Flamenca El Morato-, un trabajo «sin nadie detrás», como él mismo dice, en el que se muestra como gran admirador de los clásicos del cante. Precisamente a las viejas glorias de este arte rinde homenaje en un álbum que rezuma solera y frescura. Una mirada atrás en el tiempo con la que reivindica lo antiguo como su principal fuente de inspiración.
– ¿De dónde viene el cante de Bernardo Miranda?
– Viene de mi peña, de estar con mi gente. También de mi padre y mi hermano, que me lo han transmitido desde pequeño. Todas estas vivencias son las que me han hecho enamorarme de los grandes maestros del cante flamenco…
– ¿Y cuáles son para ti los grandes del flamenco?
– Son muchos. Manuel Torre, Chacón, La Niña de los Peines, Fosforito, Antonio Mairena, Pepe Marchena, Juan Varea, Enrique Morente… Es una amalgama muy grande de artistas y siempre procuro quedarme con lo bueno de cada uno de ellos.
– A todos ellos los recuerdas en tu nuevo disco, ¿cómo ha sido la experiencia de grabar en estudio después de publicar tu primer disco en directo?
– Ha sido muy enriquecedora. He encontrado cosas en mí que no pensé que fueran a salir y me he sorprendido a mí mismo. Este disco me ha puesto a prueba y puedo decir que me siento muy satisfecho. También me lo han puesto muy fácil tanto Fran Báñez, técnico de sonido, como Manuel de la Luz, que ha sido el productor del disco. Las ideas que hemos compartido han florecido muy bien y eso ha hecho que pudiera trabajar muy cómodo.
– Un trabajo que tú te lo guisas y tú te lo comes…
– Efectivamente. En este trabajo no hay nadie detrás. Es un disco que me he costeado gracias a mis años de carrera profesional, lo cual es una gran satisfacción para mí.
– El álbum comienza con un cuplé por bulerías, ¿la copla es un género que no ha sido suficientemente valorado por los aficionados flamencos?
– Es posible… Pero pienso que en el repertorio de un cantaor lo que debe haber es variedad, porque mientras más haya más riqueza tendrá y a más público podrá llegar. He incluido este cante en el disco recordando a Juan Varea, que tenía mucha calidad a la hora de elegir las letras y ha sido uno de los artistas que he podido disfrutar, mimar y querer en mi peña.
«Nos equivocamos cuando queremos poner la etiqueta de flamenco o no flamenco a algunos artistas»
– ¿Usted es de los que piensa que mirar al pasado es la mejor forma de hacer evolucionar el flamenco?
– Creo que sí. En el flamenco ya está todo inventado. Lo único que nos queda es mirar lo que nos han dejado los grandes maestros para inspirarnos. Solamente con nuestra voz ya estamos aportando algo diferente, si entendemos por aportación refrescar o actualizar los cantes que se han hecho ya antes.
– ¿Qué le parecen entonces los experimentos musicales de artistas como Niño de Elche o Rosalía?
– Cada artista vende su producto y debe ser honesto consigo mismo. No se pueden poner límites al arte, porque es algo vivo. Creo que nos equivocamos cuando queremos poner la etiqueta de flamenco o no flamenco a algunos artistas. Lo que realmente importa es si lo que hacen transmite o no transmite… A mí hay cosas que me gustan y otras que me chocan de lo que hacen tanto Rosalía como Niño de Elche, pero siempre intento ser constructivo y creo que hay un trasfondo, ya sea su propia marca o el ser honestos con sus sentimientos.
– ¿Y de los cantares actuales con quién se queda?
– Me gustan muchos. Antonio Reyes, Jesús Méndez, José Valencia, Rocío Márquez, Rancapino Chico, Pedro El Granaíno, Antonio Rey y Manuel de la Luz, en la guitarra… Hay quien dice que el cante no avanza, pero yo creo que hoy se está cantando como nunca. Lo difícil es tener singularidad, que es algo que hoy en día lo tienen muy pocos.
«La mejor escuela que hay para un cantaor es un tablao»
– ¿Dónde se forja un cantaor en el tablao o en el conservatorio?
– Aunque parezcan incompatibles, son complementarios. Pero lo que está claro es que la mejor escuela que hay para un cantaor es un tablao. Ahí está todo concentrado. El baile, la guitarra, el cante… Y es el momento donde puedes probar e improvisar. Hay que equivocarse mucho para poder aprender y eso se hace en un tablao.
– Desde hace un tiempo se encuentra inmerso en el proyecto Las Minas Flamenco Tour, ¿su paso por el concurso de La Unión ha supuesto un antes y un después en su carrera como profesional?
– Me ha enriquecido mucho. Pero en mi carrera también han influido igual o más experiencias como formar parte de la compañía de Paco Peña, trabajar con Antonio Rey o actuar en grandes escenarios como el Teatro Real. Tener el reconocimiento de los compañeros de profesión te da seguridad y autoestima.
– ¿Volverá a presentarse al Concurso Nacional de Arte Flamenco de Córdoba?
– Mi paso por el concurso de Córdoba lo recuerdo como un buena experiencia. Aún soy joven y tengo mucho que aprender y para mí fue una oportunidad para medirme. Premios como la Lámpara Minera o el Nacional de Córdoba dan mucha difusión y prestigio a la carrera de un artista flamenco, pero no creo que sea el único camino a seguir. Creo que el esfuerzo diario es lo que hace que las cosas vengan solas. Aún así, no me cierro puertas y no descarto volver a presentarme.
– ¿Qué proyectos tiene ahora entre manos?
– Mi intención es dar a conocer y vender mi disco. Espero poder hacer una presentación antes de final de año en Córdoba. Retomamos la gira de Las Minas Flamenco Tour para ir a Estados Unidos, Australia, Dubai y Sudamérica. Estaré en el Festival de Lantejuela el 30 de septiembre y en noviembre participaré en un ciclo dedicado a Ricardo Molina que organiza el Ayuntamiento de Córdoba en Bodegas Campos.
– ¿Como joven flamenco qué aspira a aportar al flamenco?
– Lo que quiero es vivir mi profesión día a día, sin más aspiración que refrescar humildemente este arte y contribuir a acercar a la gente joven al flamenco.