XXII Concurso Nacional de Arte Flamenco de Córdoba. Gala de Entrega de Premios. Gran Teatro. 23 noviembre.
Texto: A. Higuera.
Fotos: M. Valverde.
El Concurso Nacional de Arte Flamenco echó el telón anoche con la tradicional gala de entrega de premios. La ceremonia puso el punto y final a la vigésimo segunda edición del certamen, que durante tres semanas ha reunido en Córdoba a más de un centenar de artistas venidos de todos los rincones del mundo.
El certamen se reafirma en su papel de plataforma de promoción para talentos emergentes, un rol que viene jugando a lo largo de sus más de sesenta años de historia y que, por mucho que se empeñen algunos agoreros, aún tiene un largo recorrido si se encauza de la manera oportuna.
Prueba de ello es el interés que esta edición ha despertado en el ambiente flamenco, con muchos artistas llegados buscando una oportunidad de meter cabeza en el circuito y otros intentando hacerse un nombre propio en el mundo del flamenco. En cualquier caso, lo cierto es que el listón ha quedado muy alto. Algo que volvimos a comprobar en la ceremonia de ayer, donde sobrevivimos a una deslucida y caótica gala gracias a la actuación de los tres ganadores de este año.
La primera en salir a las tablas fue la bailaora Florencia Oz. La chilena, segunda artista extranjera en conseguir un premio de Baile en la historia del Nacional, comenzó la noche por seguiriyas con un cuadro en el que contó con el cante de Jesús Corbacho y Antonio Campos, la guitarra de Miguel Pérez y las palmas de El Oruco. Su premio ha sido la mayor sorpresa del fallo de este año, pues todas los corrillos apuntaban como candidatos al galardón al cordobés Hugo López y a la bailaora malagueña Águeda Saavedra. Agradecida y abrumada por la responsabilidad que acarrea este reconocimiento, se despidó del público con un baile por caña que sirvió para poner el punto y final a la noche.
Por su parte, el ganador del Premio de Cante, Francisco Escudero ‘El Perrete’, nos dejó algunos de los mejores momentos de la velada a pesar de los problemas de garganta que el mismo artista reconoció al recoger su galardón. El joven extremeño, que ya cautivó en la fase final, se va del concurso dejando unas de las mejores impresiones de las últimas ediciones y con una prometedora carrera por delante. Junto a la guitarra de Juan Vargas, cantó malagueñas y abandolaos recordando a Badajoz y se ‘rebuscó`por seguiriyas y tangos extremeños con mención a Córdoba y al pintor Julio Romero incluida.
El último artista en subir a las tablas fue José Fermín Fernández. El guitarrista arrancó por tarantas una actuación que esta vez quiso completar por bulerías. Técnica, compás, virtuosismo… El granadino lo tiene todo para ser uno de los grandes de la guitarra. Un premio más que merecido que sitúa a este joven en el Olimpo de la sonanta con el Bordón Minero y el Nacional de Córdoba en su vitrina.
El guión de la gala, presentada por la periodista Mar Rodríguez, fue intercalando la entrega de premios a los finalistas y ganadores en cada una de las categorías con la actuación de los vencedores. Contó con la presencia de el delegado del Gobierno Andaluz, Antonio Repullo, la delegada de Cultura de la Junta de Andalucía, Cristina Casanueva, el cantaor Antonio Fernández `Fosforto` y el guitarrista Niño de Pura, que fueron los encargados de entregar los galardones a los finalistas de este año. Hugo López, Águeda Rodríguez e Isabel Rodríguez, en Baile; Agustín Carbonell `Bola, Álvaro Martinete y Alberto López, como finalistas de Guitarra; y Ángeles Toledano, Enrique Afanador y Rocío Belén, en la disciplina de Cante. Todos ellos premiados con 2.500 euros. El alcalde José María Bellido hizo entrega de los diplomas a los ganadores, que perciben un premio en metálico de 11.000 euros.
La nota triste de la jornada fueron las ausencias de algunos de los finalistas, cuatro de ellos no recogieron el diploma, un hecho que deslució aún más la gala y que la organización debería revisar en futuras ediciones. Mención aparte merece el desarrollo de una ceremonia que no estuvo a la altura de las circunstancias, especialmente debido a los numerosos errores de guión y al fallo garrafal que supuso entregar equivocadamente a los finalistas de Guitarra cada uno de sus diplomas.