El pasado sábado dio comienzo el ciclo ‘Flamencos por derecho’ en la Fundación Casa Patas, una programación con la que los aficionaos más cabales se están frotando las manos al ver la pléyade de grandes artistas que están programados. Pero especialmente por el contexto y el formato donde se enmarca: una sala acogedora y el cante a pelo, sin micros ni medios de amplificación.
El encargado de abrir esta serie de recitales fue el jerezano Jesús Méndez, que estuvo acompañado por la ‘enduendada’ guitarra de Manuel Valencia. Hablamos sin duda de una de esas parejas mágicas del flamenco actual. Ambos estuvieron acompasados por otra pareja jerezana de categoría: Chicharito y el Macano.
Comenzó a compás de alegrías dichas con gusto y perfumadas de gaditanía que desembocaron en sones utreranos con las cantiñas del Pinini para volver a ‘Cai’ por romeras. Buena forma de homenajear a la recientemente desaparecida Mariana Cornejo.
No hay dudas escuchando al jerezano que uno de sus referentes es Antonio Nuñez Chocolate. Su taranto, minera y taranta de la Gabriela le sirvieron para plasmar su dominio de los cantes libres. Ya con la voz rodada y aclimatada al medio asestó latigazos de jondura con sus bulerías por soleá. Es uno de los grandes interpretes de este estilo y así lo demostró anoche: La Moreno, Gloría, Frijones y Antonio La Peña toman una dimensión exquisita en la voz de Jesús, si esto lo aderezas con el toque certero de Manuel el resultado es la reciprocidad del público en forma de “olés”.
La noche que en principio parecía algo fría empezaba a calentarse por momentos. Aires de la Paquera y de Tío Borrico por tangos le sirvieron para dejarnos con el caramelo en los labios. En este momento Jesús estaba para emborracharse con él, en ese punto en el que se tiene seguridad en sí mismo y facultades para meterse al público en el bolsillo. Así cerró esta primera parte del recital, dejándonos ansiosos por ver lo que nos tenía preparado para la segunda.Ya en vereda y dispuestos a llevarnos hasta la cumbre de su arte salió por soleá. Hiriendo en los tercios altos, dominando los tiempos y los silencios y demostrando conocimiento en cada estilo. Pellizcó por instantes. Enrique El Mellizo, La Serneta, Manolito de María, Joaquín de la Paula, Andonda y cierre del Mellizo fueron las cartas de su baraja soleaera que puso sobre el tapete. Un recorrido grandioso por las diferentes formas melódicas.
Cuando parece difícil que siga superándose, es cuando decide convocar a los duendes en torno a su seguiriya. Explosión de flamencura. Cuando García Loca escribió aquello sobre este cante debió referirse a algo parecido a lo que Jesús nos mostró en la sala que lleva su nombre. Impresionante salida con el cante en desuso de Fríjones. Cenit artístico con el estilo del Marrurro, del que se ha convertido en uno de los mejores intérpretes históricos me atrevería a decir. Estilo portuense del Loco Mateo con matices personales en los primeros tercios que desembocaron en aquel cierre de Curro Durse popularizado por Manuel Torre. Excepcional Jesús, pocos te pueden toser por aquí.
De aquí al final no se bajó del tren, el tren del buen hacer y de la entrega absoluta. Fandangos con salida de la casa “ali ali andaaa” para meterse en la piel de su admirado Chocolate así como del Pinto del Gloria y volver a cerrar por Chocolate con las fuerzas ya algo mermadas.
Fin de fiesta jerezano por bulerías como no podía ser de otra forma. Compás, fuerza y gusto para el delirio de los aficionaos que allí se congregaron. Pataíta del Macano y del Chicharo y punto y seguido a este ciclo que promete grandes satisfacciones.
Programación de ‘Flamenco por derecho’ en la Fundación Casa Patas de Madrid
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