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El joven cantaor Manolo de Santa Cruz presenta su disco ‘La voluntad hecha voz’ en la Casa de Sevilla de Córdoba
Seguramente no haya un titular que refleje mejor la actitud vital de Manolo de Santa Cruz que ‘La voluntad hecha voz’. Por eso no es casualidad que éste sea el nombre del primer trabajo discográfico de este joven cantaor cordobés. El lanzamiento de su disco es toda una recompensa al tesón y la capacidad de superación que distinguen por encima del resto a este singular artista. Porque si algo caracteriza a Manolo Romero es que no encuentra barreras a su arte ni pone límites a sus sueños.
Y así, como quien no quiere la cosa, el más importante de ellos se hizo realidad el pasado sábado, cuando presentó su álbum en la Casa de Sevilla de Córdoba convirtiéndose en el primer cantaor flamenco con Síndrome de Down que publica un disco.
Sin embargo, el camino recorrido por Manolo hasta llegar al estudio de grabación no ha sido fácil. Podría decirse incluso que ha tenido que superar más obstáculos que la mayoría de sus compañeros. Todo comenzó un buen día, cuando escuchó cantar a su padre. “Lo vi cantar en el bar con los amiguetes y al día siguiente ya le dije que quería cantar flamenco”, recuerda.
Dicho y hecho. Se puso en contacto con su orientador y logopeda Francisco Solís y pronto empezó a canturrear sus primeras letrillas. Tenía catorce años por aquel entonces y tuvo que trabajar concienzudamente la entonación y la dicción, pero poco a poco fue introduciéndose en el mundillo flamenco. “Ahora canto también saetas”, comenta Manolo, que a sus 29 años y después de quince dedicados al estudio reconoce humildemente que “esto del flamenco cuesta trabajo al principio como todo en la vida”.
La posibilidad de grabar un disco llegó años después, a raíz de una de sus intervenciones en Canal Sur. “Yo presentía que iba a poder hacer un disco y ahora aquí estamos”, comenta. ‘La voluntad hecha voz’ cuenta con ocho temas que recogen cantes por fandangos de Huelva, naturales y abandolaos, malagueñas y también una poesía. Todo ello con el acompañamiento a la guitarra de Alberto Luque. Pero ahí no queda la cosa. Manolo, no contento con sumar su voz al repertorio flamenco, también escribe sus propias letras. De hecho, gran parte de las que están presentes en el disco han sido compuestas por él.
El sábado pasado con la Casa de Sevilla llena a rebosar, fue su orientador quien hizo de maestro de ceremonias en su debut discográfico. Ya sobre el escenario, en su mano a mano con la guitarra, Manolo de Santa Cruz demostró nuevamente con su cante que el flamenco es por encima de todo una música de emociones. Y es que si algo sabe hacer bien este joven cantaor es precisamente eso, emocionar. Por eso es un flamenco de los pies a la cabeza.
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