El catalán ofrecerá mañana viernes un concierto en la plaza de toros que servirá de colofón a una semana dedicada al arte flamenco
El cantaor más mediático. El único que ha sido capaz de poner patas arriba un territorio virgen para los flamencos como la Plaza de Las Ventas de Madrid. La voz a la que no se le resiste ningún repertorio llega mañana a Lucena para lidiar con una legión de seguidores que le admiran y rinden culto allá por donde va. Y es que, a día de hoy, Miguel Poveda es indiscutiblemente la primera espada del escalafón flamenco, aunque sus espectáculos trasciendan lo que se entiende estrictamente por cante jondo.
Desde que debutara hace 25 años y tras su triunfo en el Festival de Cante de Las Minas de La Unión en 1993, la trayectoria de Poveda no ha cesado de ascender logrando un poder de convocatoria al alcance de solo unos pocos elegidos. Mañana viernes, a partir de las 22,30 horas, subirá a las tablas de la Plaza de Toros de Lucena para poner la guinda a las VIII Jornadas de Flamenco que durante el 4 y 5 de septiembre ha acogido la localidad cordobesa. Y el éxito está asegurado, porque si hay algo que se puede dar por hecho con este artista es que, allá por donde pasa el huracán Poveda, arrasa con todo.
El catalán se encuentra en uno de los momentos más dulces de su carrera. Este año ha celebrado un cuarto de siglo como cantaor junto a artistas como Serrat, Carmen Linares o María Dolores Pradera en Las Ventas y da la sensación de que el flamenco se le queda pequeño. Miguel Poveda hace con su garganta lo que le da la gana y es un artista de los pies a la cabeza. Sobre el escenario es capaz de cantar y bailarlo todo, desde una taranta hasta una ranchera pasando por todo el repertorio coplero, y su domino del compás es excepcional.
En Lucena, actuará en un aforo que ronda las 3.000 localidades y estará arropado por la brillante guitarra de Chicuelo, el piano de Joan Albert Amargos, la percusión de Paquito González y el compás de Luis Cantarote, Carlos Grilo y El Londro a las palmas. Su repertorio es impredecible, pero a buen seguro oscilará entre el flamenco más puro y los grandes éxitos de la copla.
Su último paso por Córdoba fue el año pasado en el Festival de la Guitarra, donde presentó su disco ‘Artesano’ rozando el lleno en un teatro como La Axerquía, que cuenta con un aforo de 3.500 personas. Además, ha sido una de las figuras más destacadas en la Noche Blanca del Flamenco colgando el cartel de no hay entradas en las taquillas de este mismo recinto hace dos años. Mañana sábado los cordobeses volverán a tener la oportunidad de verlo sobre las tablas de La Axerquía junto a otros artistas como Manuel Molina, Lya, Rakel Winchester o Las ketchup en el Festival Benéfico que organiza la Asociación Sonrisa de Lunares.