El próximo sábado 11 de enero es un día especial para Rafael Espejo ‘Churumbaque’. El cantaor cordobés comienza el año presentando en directo ‘La Tierra del Califato’, su primer trabajo discográfico tras hacerse con la Lámpara Minera de La Unión en 2009. Un álbum que ha cocinado a fuego lento durante el último año y en el que el cantaor se muestra a pecho descubierto con un repertorio que abarca desde los cantes más ortodoxos a los sonidos más actuales.
El espectáculo de presentación tendrá lugar en el Teatro Góngora, a partir de las 20,30 horas, y en él estará arropado por figuras como Guadiana, Niño Pura, Manolo Franco o Rafael del Pino ‘Keko’.
>- ¿Qué van a encontrar los aficionados en ‘La Tierra del Califato’?
– Van a encontrar un poco de todo en los nueve temas del álbum. Es un disco que creo que va a gustar por su ortodoxia en el flamenco y también por su innovación. Las letras están dedicadas a Córdoba y canto por seguiriya, por taranta, por guajira… Hay dos tangos, dos bulerías, una rumba y unas sevillanas dedicadas a Caracol. La verdad es que creo que hemos conseguido hacer un disco para todos los gustos.
– ¿Es inevitable hoy día grabar un disco sin plantearlo desde un punto de vista comercial?
– Tengo que decir antes de nada que yo me considero un cantaor ortodoxo, pero hay que adaptarse a los nuevos tiempos y eso implica hacer temas de corte más comercial. A mí no me hubiera importado hacer un disco sin más acompañamiento que una guitarra. Lo que pasa es que la única manera de llegar a un público más amplio es ésta.
«La Lámpara Minera fue un gran aliciente y una recompensa a veinte años de tablao»
– ¿Quién le acompañará en la presentación en directo del disco?
– A la guitarra estarán Alberto López y Niño Seve; en el bajo Manolo Nieto; en la batería Dacota Fernández; José Prieto y Agustín Henke en la percusión; Yolanda y Almudena de coro; y en el teclado Alfonso Aroca… Pero también habrá sorpresas, porque contaré como artistas invitados con Niño Pura y Manolo Franco a la guitarra, Keko al baile y con Guadiana, que para mí es uno de los cantaores con más poder de transmisión.
– Ahora que han pasado cuatro años, ¿en qué cambió su carrera al ganar la Lámpara Minera en 2009?
– Personalmente me cambió bastante, porque fue un gran aliciente y una recompensa a veinte años de tablao. Y profesionalmente también ha influido porque es un premio de reconocido prestigio que la gente valora muchísimo.
– ¿En Córdoba se apoya a los artistas de la tierra o se los valora más fuera?
– La afición flamenca sí cree en los artistas de Córdoba, pero las instituciones públicas deberían dar más proyección a los artistas de aquí y más oportunidades de trabajo.
«Cualquier artista que se precie debe empezar desde abajo»
– Y qué le parecen las declaraciones de un compañero de profesión en las que decía que en Córdoba no hay cantaores…
– No sabía nada de eso, pero tampoco me interesa quién lo haya dicho.
– ¿Qué le ha aportado a usted el cante atrás en academias, tablaos y compañías de baile?
– Muchísimo. Es imprescindible. Cualquier artista que se precie debe empezar desde abajo. Si no hubiera pasado por un tablao, tal vez no sería cantaor y estaría dedicándome a engarzar sortijas. El tablao es fundamental. Igual que lo es el cuarto de una peña o tomarse una copita de vino con los amigos cantando por seguiriyas. Te da compás, tablas, te ayuda a conocer la voz y también la guitarra. Cuando uno está curtío en el tablao, se nota…
– Usted que es profesor de acompañamiento para cante y baile en el Grado Superior de Guitarra Flamenca, ¿cree que el cante se puede enseñar en un conservatorio?
– Se puede estudiar el cante, pero la transmisión que tiene un cantaor gracias a sus vivencias no se consigue sacando la carrera en el conservatorio. Eso está claro. En Córdoba, estamos esperando a que se implante el grado superior de cante y la verdad es que me gustaría poder hacer la carrera.