Antonio Mairena, Juan de la Plata y Manolo Rios, brindando en la primera cátedra.

LA PRIMERA CÁTEDRA DE FLAMENCOLOGÍA

La Cátedra de Flamencología y Estudios Folklóricos Andaluces fue fundada el 24 de setiembre de 1958 en Jerez de la Frontera por Juan de la Plata, Manuel Pérez Celdrán, Manuel Ríos Ruíz y Esteban Pino Romero. Posteriormente pasaron a formar parte de ellos grandes artistas y profesionales del flamenco, la literatura y la investigación, siendo una muestra de ello (ya que abarcaría demasiado nombrarlos a todos) Félix Grande, Fosforito, Caballero Bonald, Paco Cepero, Manuel Bohórquez…

Esta cátedra es la primera y más antigua institución académica de Andalucía, creada para el estudio, la investigación, conservación, promoción y defensa del genuino Arte Flamenco. Habiendo tenido su sede en la Mezquita del Real Alcázar de Jerez, posteriormente se trasladó a unas bodegas de Domecq en la calle Quintos, después a la Biblioteca municipal y por último en el palacio de Pemartin, en la plaza de San Juan, de Jerez de la Frontera.

A la Cátedra de Flamencología de Jerez se debe la creación en 1963 de los Cursos Internacionales de Estudios Flamencos, celebrados en treinta y tres ediciones; la creación en 1967 de la tradicional Fiesta de la Bulería, llevándola a cabo durante veinticinco años ( actualmente organizada por el Ayuntamiento jerezano); los Premios Nacionales de Flamenco en 1964 y del anual y prestigioso Premio de la Crítica del Festival de Jerez desde 1999; en 2007 el Concurso de Investigación etnográfica  del flamenco “Juan de la Plata”; en 1967 la Copa Jerez ; el Concurso Nacional de Fotografía Flamenca; el rescate a partir de 1976 de la zambombá jerezana, teniendo como consecuencia las grabaciones de “Así canta vuestra tierra en Navidad”; así como la publicación semestral de la «Revista de Flamencología»; también sería la primera en reunir en Jerez en 1977, a todas las peñas flamencas a nivel nacional.

La Cátedra de Flamencología de Jerez fué la primera en llevar el flamenco a la Universidad. Organizó en Sevilla y en Cádiz semanas de estudios flamencos. En 1964 en la Universidad de Sevilla, bajo la presidencia de la Niña de los Peines y de Antonio Mairena, con participación de Ricardo Molina, Manolo Ríos Ruiz, Amós Rodríguez, Joaquín Romero Murube y Juan de la Plata; y en 1961 en Cádiz, en el Colegio Mayor Beato Diego, igualmente, con las intervenciones de José de las Cuevas, Ricardo Molina, Manolo Ríos Ruiz, Juan de la Plata y Amós Rodríguez y las actuaciones de Juan Talega, Mairena y Terremoto, entre otros grandes artistas.

Mis primeros recuerdos en la cátedra, fueron en los cursos internacionales de verano de 1988. Entonces estaba en los locales de las bodegas de Domecq, en la calle Quintos, Nada más entrar era como un templo, una pequeña puerta que daba paso a una larga galería con su escenario al fondo, y las estrechas escaleras que te llevaban a la plante superior.

Eso sí que eran cursos, en los que no se limitaban a enseñarte técnicas o coreografías, sino en los que aprendías además, una filosofía. Iban acompañadas las clases prácticas de técnica con una gran cantidad de actividades paralelas,  organizadas y realizadas por profesionales del flamenco, en las que no dejabas de empaparte de la cultura y de aprender mucho más allá de lo habitual en un curso.

Pero aparte de todo esto, una entraba en la cátedra, y olía a flamenco, rezumaba por las paredes, ¡y ese maravilloso archivo de documentación!, que amablemente y lleno de orgullo te mostraba Juanito…En ese curso los maestros fueron Angelita Gómez y Cristóbal el Jerezano, con las guitarras del Carbonero y de Alfredo Lagos (entonces un niño), pero para mí, estos fueron los profesores oficiales, luego estaban Juan de la Plata, su mujer Concha Soto, Manolo Pérez Celdrán… que eran quienes te contaban todas sus vivencias, y experiencias con artistas y profesionales de este arte, haciendo que te sumergieras en un mundo Flamenco, mundo difícil y casi imposible de encontrar hoy.

Pasada esta etapa, la conocí en la plaza de San Juan, ya integrada en el Centro Andaluz de flamenco, donde por razones de espacio no lucia en todo su esplendor, pero sin dejar atrás su magia evocadora a los tiempos de oro  del flamenco.

Ahora, me emociono al saber que después de 50 años de andadura, ha cedido todos sus fondos a la ciudad del flamenco, de próxima realización en Jerez de la Frontera. En parte porque eso supone la “jubilación de Juan” y la pregunta ¿Qué pasará ahora con la cátedra como tal?, y el pensamiento de que poco a poco desaparecerá cuando falten esos fundadores, que mantuvieron la llama con tanto trabajo y esfuerzo. Y por otro lado por la admiración del traspaso de un legado, del que me siento participe, de una forma interesada, si lo repito interesada aunque no económicamente hablando, ya que el interés por mantener  viva esa herencia flamenca, el interés porque la gente conozca unos orígenes, unas bases  y unos fundamentos, el interés porque el FLAMENCO PURO siga vivo, son las motivaciones de esta generosidad sin límites.


Por Fátima Franco

Fátima Franco, bailaora de flamenco de CórdobaBailaora cordobesa miembro del Consejo Internacional de la Danza de la UNESCO y autora del libro “La indumentaria en el baile flamenco. Un recorrido histórico», galardonado con el Premio Internacional de investigación etnográfica del flamenco “Juan de la Plata” de la Cátedra de Flamencología de Jerez de la Frontera.

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