Navidad Flamenca

NAVIDADES FLAMENCAS

 

Se acerca la Navidad, época de alegría, cantes, familia y fiestas. En el siglo XVII el villancico tomó las connotaciones religiosas que hoy ostenta, pero no fue hasta el siglo XIX cuando Andalucía lo dotó con ese sello personal, aflamencándolos poco a poco.

Divina Navidad que hace que afloren los sentimientos más especiales, vivida por los flamencos con una animosidad especial y diferente, llena de villancicos mientras que de ruta visitamos a los amigos.

Una forma de vivirla, prima hermana de la reconocida Zambomba flamenca de Jerez, y con un fuerte carácter participativo. Hace años, y ya siglos, no eran más que reuniones de amigos, vecinos y familiares que se daban cita cada año en la víspera de la Nochebuena en los patios y corrales de casas de vecinos y gañanías. En ellas se formaba un corro alrededor de una candela, donde se cantaban y bailaban villancicos, de un modo espontáneo y sin preocuparse del tiempo ni de más que de que no se acabase el vino, anís, ponche o los dulces navideños.

Posteriormente esos patios y corrales, se convirtieron en peñas flamencas y casas particulares. Aún recuerdo en la carretera de Palma del Rio en la casa de Paco Ruíz, en lo que “fue” el Rincón del Cante. Íbamos apareciendo poco a poco desde por la mañana, acudiendo artistas de todos puntos de Andalucía, y ya estaban allí junto a Paco, ‘El Rubio’ y el ‘tío Arango’ preparando los pucheros para que no faltara de nada. También aparecían algunos medios de comunicación, ya que la Navidad Flamenca del Rincón del Cante,  llegó en alguna ocasión a ser emitida en la radio. Era tal el festival de amistad, hermanamiento, y sin que apareciera personajillo alguno intentando ser más que nadie u ostentar protagonismo en la reunión, que eran muchos los artistas de la talla de El Pele, Vicente Amigo, Aurora Vargas, El Séneca…,  (no podría nombrarlos a todos), que no dejaban venirse abajo el compás que inundaba mágicamente el ambiente.

¿Dónde está esa magia? ¿Dónde se ha quedado ese ambiente sin prepotencias ni envidias? ¿En qué parte del camino se quedo olvidado el cariño sincero que nos teníamos?

Hoy en día, solo en pequeñas peñas casi familiares, queda algún rescoldo de esas candelas, pero la pregunta más importante no la hemos realizado aún, y es ¿Por qué? ¿Podría ser la crisis? No, señores, en las épocas difíciles es cuando las familias y los amigos están más unidos, cuando se comparte incluso de lo que casi careces. Una respuesta mucho más factible es el cansancio acumulado del abuso sufrido por los flamencos durante mucho tiempo, por parte de quienes en un continuo estado de prepotencia y altivez, se creen superiores a los demás, haciendo sentir al flamenco como un juguete de entretenimiento (gratuito por supuesto).

A los amigos no se les puede obligar a que te entretengan porque sí. Pero, si no son amigos, ya que en ocasiones la presión es tal que se crea casi una obligación, quiero recordar desde aquí “que la obligación de realizar un trabajo (porque al cantar, tocar o bailar, es el trabajo de los flamencos) a petición de alguien, requiere una retribución”, a ser posible dineraria que es con la que se pagan las facturas de la luz, el gas, la comida….

Cuando se siembra, se recoge, y si la semilla no es la adecuada se pagarán las consecuencias. Porque saben los flamencos que vivimos de esto, que nos respetamos, y que en muchos casos hay una amistad fuerte de años SI nos vemos, seguimos cantando y disfrutando de la Navidad, en casas de unos o de otros, en la calle, o en cualquier local. Si vivimos la magia de la Navidad.

Por eso, os deseo sinceramente una Feliz y Flamenca Navidad

 

 


Por Fátima Franco

Fátima Franco, bailaora de flamenco de CórdobaBailaora cordobesa miembro del Consejo Internacional de la Danza de la UNESCO y autora del libro “La indumentaria en el baile flamenco. Un recorrido histórico», galardonado con el Premio Internacional de investigación etnográfica del flamenco “Juan de la Plata” de la Cátedra de Flamencología de Jerez de la Frontera.

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