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La Fundación Cruzcampo hace entrega del premio al cantaor cordobés en los jardines del Alcázar de los Reyes Cristianos
Emotiva noche la que se vivió ayer en los jardines del Alcázar de los Reyes Cristianos de Córdoba, donde la Fundación Cruzcampo celebró la ceremonia de entrega del Premio Compás del Cante 2013 al cantaor Manuel Moreno Maya ‘El Pele’. Era la primera vez que la gala tenía lugar en la capital cordobesa y a la cita acudió un nutrido grupo de amigos, familiares y aficionados que se rindieron a los pies del homenajeado maestro.
Artistas como Blanca del Rey o Fosforito, autoridades, críticos de flamenco y representantes del mundo de las peñas no quisieron perderse una noche mágica que dio comienzo con una cena al aire libre en el singular enclave.
El postre reservó los mejores momentos de la velada. Tras la lectura del acta del jurado, compuesto este año por los cantaores Segundo Falcón y José de la Tomasa (ganador del Compás del Cante 2011), los catedráticos y aficionados Rogelio Reyes y Andrés Raya, y los críticos Fermín Lobatón y Emilio Jiménez Díaz, se hizo acto de entrega del Compás del Cante 2013 al cantaor, que se mostró agradecido a su familia y al equipo médico del Hospital Reina Sofía que le ha tratado durante los últimos meses. Momentos antes, Rafael Infante, director de la Cátedra de Flamencología de la Universidad de Sevilla, recibía igualmente la Mención Especial del Jurado.
La ceremonia continuó con la actuación de los ganadores del XIV Concurso Andaluz de Jóvenes Flamencos en la modalidad de cante y guitarra, a cargo del jerezano Iván Carpio y el guitarrista cordobés Luis Medina. Y, como antesala a la estelar actuación de El Pele, subió a las tablas la joven cantaora Isa Jurado, alumna del maestro cordobés, que dejó un agradable sabor de boca entre el público.
Ya sobre las tablas, El Pele se despachó a gusto por soleá igual que la noche que le valió el Giraldillo al Momento Mágico de la Bienal de Sevilla. Y siguió entonándose por seguiriyas como solo él sabe hacerlo, esta vez junto a la guitarra de Niño Seve y David Caro. El cierre lo puso con unas alegrías, dando por sentado nuevamente que, a pesar de «estar lidiando el peor toro de su vida», se encuentra en uno de los momentos más brillantes de su carrera.
