Todos al son de Lebrija. De golpe y casi sin tiempo a hacernos el cuerpo a la fiesta que prometían, Concha Vargas, Miguel Funi hijo, Fernanda Carrasco, Juana Vargas, Luis Malena, Carmen Vargas, El Pañero, Antonio Malena, Curro Vargas, Malena Chico y Nano Peña salen a escena para enseñar al público del Hotel Triana cómo se vive el flamenco en su tierra.
Estos nombres fueron el viernes los encargados de poner el rostro, la voz y el compás a una forma de entender este arte: siempre en familia y desde la naturalidad más absoluta. Así, encadenando unas tras otras bulerías, cantiñas, soleares, fandangos y más bulerías sin apenas pausa, fueron cantando y bailando como si estuvieran en casa. Jaleándose unos otros, admirándose y respetando a los mayores, que son los que de verdad mandan en estas reuniones y manejan el cotarro para que todo esté en su sitio. Como vino a demostrar la gran Concha Vargas, el baile instintivo y lleno de sabiduría. O la voz rozada por soleares de Juana.
De todas formas, lo de menos aquí es la ejecución final. Las fiestas se convocan para pasarlo bien y disfrutar y eso requiere estar relajados. Despreocuparse si no se ha acabado bien algún remate o la voz no llega donde uno quiere. También del programa de mano. Lo que importa es el arte, buscar el pellizco. Aunque no se encuentre siempre.
Desde luego da envidia mala ver lo fácil que es para estos gitanos el flamenco. Comprobar el poder de los genes y el peso de los apellidos. Y, sobre todo, verificar cómo se sigue manteniendo viva la hermandad entre ellos y cómo, además, abren las puertas de sus salones para darle la bienvenida a todo el que quiera entrar. Claro que sólo nos dejaron pasar un ratito. Nos consta que ninguna fiesta en Lebrija termina a la hora.
‘Fiesta en Lebrija’. Hotel Triana. Baile Concha Vargas. Cante y baile: Miguel Funi hijo, Fernanda Carrasco, Juana Vargas, Luis Malena, Carmen Vargas y José ‘El Pañero’. Guitarras: Antonio Malena, Curro Vargas y Malena Chico. Percusión: Nano Peña. Dirección: Tere Peña.