Mucha expectación y buena entrada para recibir a la dama del cante, la jiennense Carmen Linares, que protagonizó junto a la Orquesta de Córdoba el primero de los seis espectáculos que conforman la programación paralela del Concurso Nacional de Arte Flamenco de Córdoba.
Con un repertorio ensamblado fundamentalmente a partir de poemas de Lorca, la cantaora entró en faena recordando el Zorongo Gitano del poeta granadino a compás de tangos de Granada. Fue el arranque de un recital en el que volvimos a disfrutar de la personalidad de esta genial artista – recientemente galardonada con el Premio Princesa de Asturias a las Bellas Artes 2022-, que en los últimos años se ha volcado en interpretar a los grandes poetas del siglo XX.
Así fue como continuó su actuación, recordando otros célebres poemas como Andaluces de Jaén, de Miguel Hernández, con cante por petenera y taranta, o los versos de Moguer, de Juan Ramón Jiménez, en tercios de fandangos de Huelva. Cercana y cálida con el público durante toda su actuación, resulta increíblemente asombroso comprobar cómo la voz de Carmen Linares resiste el paso del tiempo a sus 71 primaveras. Un metal que, a pesar de haber perdido la fuerza y el brío de la juventud, aún mantiene intactas la jondura y la expresividad que la han convertido en una de las figuras históricas del flamenco.
Precisamente esa capacidad para emocionar con un susurro quedó en evidencia en La leyenda del tiempo, un tema que Carmen Linares interpretó a duo con el piano de Pablo Suárez evocando la versión por tientos que su ‘compadre’ Enrique Morente grabó para la posteridad.
Antes del fin de la primera parte del espectáculo, la estrictamente flamenca, también hubo tiempo para el baile de Pepe Torres, que dejó un buen sabor de boca con su estampa flamenquísima y levantó los primeros oles de un público entregado. Y el fin de fiesta llegó tras unas bulerías lorquianas, con letras tan populares como las de Anda Jaleo.
A partir de aquí, con la entrada de la Orquesta de Córdoba, el cambio de tercio continuó con la interpretación de El Amor Brujo de Manuel de Falla, una obra que Carmen Linares conoce bien -en 2016 estuvo en el Festival de la Guitarra poniendo voz a la obra del genial compositor- y que dejó de manifiesto la versatilidad de la artista.
Especialmente destacable fueron sus intervenciones recitando la Canción del amor dolido y entonando la Canción del fuego fatuo, tema central y más conocido de la obra.
Minutos antes, sin la cantaora aún en el escenario, la Orquesta de Córdoba interpretó cuatro piezas – Danzas gitanas, Zambra, Generalife y Sacromonte – del maestro Joaquín Turina, cuajando así un repertorio con el que el Concurso Nacional de Arte Flamenco de Córdoba quiso rendir homenaje al I Concurso de Cante Jondo impulsado en Granada por figuras como Lorca, Falla y Turina, entre otros muchos intelectuales de la época, en el año en que se cumple su primer centenario.