Jornadas conmemorativas sobre Camarón de la Isla organizadas por el Instituto Andaluz del Flamenco en el Día del Flamenco..

RECUERDO A CAMARÓN EN EL DÍA DEL FLAMENCO

La localidad gaditana de San Fernando acogió la semana pasada la conmemoración del veinte aniversario de la desaparición de su cantaor más universal, el genial Camarón de la Isla, aprovechando para ello la efeméride del Día del Flamenco, que cada 16 de noviembre rinde homenaje a la declaración de este arte como Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad por parte de la UNESCO en 2010, con unas jornadas en la que tuvo un notable papel protagonista el bailaor cordobés Richard Gutiérrez.

El Instituto Andaluz del Flamenco con la colaboración de distintos organismos, entre los que destacan la Confederación Andaluza de Peñas Flamencas, el Ayuntamiento de San Fernando y Canal Sur, ha sido el impulsor de unos actos que se desarrollaron a lo largo de dos días en el Centro de Congresos y en el histórico, emblemático y remozado Teatro de las Cortes, dos espacios a los que se unieron complementariamente la Peña Flamenca de Camarón y la Venta de Vargas.

Dentro del programa del primer día, fue animada la presentación del libro de Francisco J. Mármol Collado bajo el título Boquerón de la Isla, que recoge muchas de las vivencias de José Monge en Málaga. Se puede calificar de excelente la labor recopilatoria, de entrevistas y trabajo de archivo que ha desarrollado el autor de la obra. Asimismo, en el acto, se puso de relieve el flaco favor que se le ha hecho a Camarón de la Isla en la piel de toro con la llamada pasión necrofílica, o sea, la exacerbada tendencia a celebrar con cierta desmesura al personaje que desaparece. Un hecho que impide el acercamiento sereno a la figura y al artista.

Presentación de las Jornadas sobre Camarón de la Isla en el Día del Flamenco. El colofón en lo relativo al día 15 lo puso la Confederación Andaluza de Peñas Flamencas, con algunos cambios sobre lo previsto y con el comentario muy favorable de los asistentes en torno a lo presenciado. Hubo dos notas que resaltar: el buen sabor que dejaron fundamentalmente dos bailaores, el cordobés Richard Gutiérrez y la almeriense Anabel Veloso. La presencia de Rubito de Pará, buen cantaor donde los haya, y el magnífico Antonio Carrión a la guitarra, no estuvieron en el espacio adecuado, que debió ser ocupado por jóvenes promesas de la magnífica cantera sevillana, ya que no se trataba de competir.

El segundo día de las jornadas dio comienzo con la magistral aportación de José María Velázquez Gaztelu, y su explicación de la “cocina” de la serie documental Rito y geografía del cante. El coloquio posterior fue muy animado, y flotaba la impresión de frescura del material a pesar del tiempo pasado; la mesa redonda posterior tenía todos los componentes para ser atractiva, pues se produjo la feliz reunión del lúcido entendido Faustino Núñez, con un gran y ameno rigor expositivo, de Enrique Montiel –como biógrafo y el interés añadido de ser “cañaílla de origen y amigo de andanzas de José Monge Cruz-, a los que se sumó la vivencia artística desde la niñez de Esperanza Fernández, representante allí de una dinastía trianera muy flamenca. Igualmente merece la pena resaltar la eficaz conducción de Fermín Lobatón en el citado debate.

A continuación, la proyección -algo problemática técnicamente- del Making off de La Leyenda del Tiempo, contó con la valiosa aportación del gran productor Ricardo Pachón, así como del cineasta José R. Sánchez-Montes, del productor Gervasio Iglesias y del excelente fotógrafo argentino José Lamarca, transplantado con fortuna al mundo del flamenco y maestro entre otros del desaparecido Carlos Arbelos. Fue una experiencia gozosa y muy participativa, que tuvo su culminación en el recital de Marina Heredia, con Manuel Parrilla a la guitarra, el singular percusionista Paquito González y Anabel Rivera y Jara Heredia en las palmas y los coros. Mereció la pena y hubo de hacer una “propina” la cantaora granadina.

Entrada ya la noche del viernes, visitamos la Peña Flamenca “Camarón de la Isla”, mas la demora en el comienzo impidió que se pudiera disfrutar del cante de Parrita y su acompañamiento, para continuar la noche en la Venta de Vargas y ponerle un digno broche a las jornadas con la entrega de un galardón a Alonso Núñez “Rancapino”. Tras este merecido reconocimiento, tuvo lugar un recital de cante que estuvo protagonizado por Paquito de la Isla, Joaquín de Sola, María Montilla y Jesús Castilla y la sonanta de Adrián Lozano.

Vaya por delante la felicitación al Instituto Andaluz del Flamenco, que ha tenido el acierto de organizar unas Jornadas de aportación plural entre los días 15 y 16 del presente mes. No se puede decir otro tanto del Ayuntamiento de San Fernando, pues los políticos de turno se hicieron las fotos pertinentes en la inauguración obviando dar la difusión adecuada entre la población para que la asistencia de público hubiera sido mayor. Es un mal endémico que se viene arrastrando desde hace tiempo, junto a la constatación de que al gran público sólo le interesa el espectáculo, excepción notable de dos isleños que han hecho mucho por el flamenco en general y Camarón en particular, Pepe Rosa –santo y seña desde finales de los cuarenta y principios de los cincuenta de la dinamización flamenca de la población isleña-, al que se le une Enrique Montiel como primer biógrafo y compañero de colegio de Camarón.

 

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