El tiempo no pasa en balde

Anoche, sentados en nuestras butacas del Teatro Central, hicimos un extraño viaje en el tiempo.  En este recital dual, asistimos a la ejecución del mismo repertorio por parte de dos cantaores que parecen desdoblarse en la versión joven y añeja del mismo artista. Creando un curioso espejismo, las similitudes estilísticas y hasta físicas del padre y el hijo nos conducen por “el ayer y el hoy” que titula el espectáculo, permitiéndonos apreciar la rigurosidad con que las etapas esculpen a los flamencos..

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Rancapino Hijo atesora las cualidades de un cantaor exquisito en el dibujo de los cantes. Con un timbre amable, de luminosidad gaditana, defiende el repertorio heredado (Caracol, Aurelio, Talega) con una dosis añadida de dulzura. Es sereno y consecuente, le gusta parar los tiempos y no se aleja un palmo del clasicismo. No obstante, echamos en falta la valentía expresiva del padre. Sus cualidades vocales le ahorran una acometida fatigosa del cante, y eso le resta emoción.

Tras el dúo por martinetes, inició con soleá apolá, para seguir con alegrías, que meció con su pausado aire original, casi en desuso.  Alcanzó la máxima expresividad en las malagueñas, donde la melancolía propia del cante le permitió una interpretación compungida y más veraz. Fandangos, tientos-tangos, seguiriyas y bulerías completaron la faena antes de la aparición del maestro.

Rancapino, el histórico, abrió por soleá. Esa soleá llena de recovecos, de tintes oscuros y ligazón imposible que desató la emoción. Los años han ennegrecido más aún la voz del chiclanero, le han restado musicalidad para dejarle con la máxima expresividad.

Lleno de energía, Alonso Núñez volvió a retorcerse en la silla para sacar el cante de la posguerra, con su inamovible rigor vivencial. Sólo desde aquella época puede traernos esa combinación radical de dulzura y desgarro, de violencia y caricia a la que su sucesor no puede aspirar todavía. Tendrá que dejar que le tiempo lo desnude, para verse desarmado de lo superfluo y comprobar así que, afortunadamente para un cantaor, el tiempo no pasa en balde.

ELENCO ARTÍSTICO:

Cante: Rancapino y Rancapino Hijo.

Guitarra: Antonio Higuero.

Palmas: Ali de la Tota y Ramón Torres.

11/ 03 / 2014. Ciclo “Flamenco Viene del Sur”. Teatro Central, Sevilla. Casi lleno.

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