Tres guitarras sin fronteras

Hay esperanza. Es cierto que la muerte de Paco de Lucía ha dejado huérfana a la sonanta y sin consuelo a todos los que se han mirado en su inabarcable espejo creativo. Seguramente pasarán mil años y no habrá otro como el de Algeciras. Pero igualmente sería faltar a la verdad no reconocer que el relevo generacional está asegurado. Un relevo entendido como el firme compromiso de toda una corriente de jóvenes guitarristas por seguir prestigiando un arte que Paco de Lucía situó en el olimpo musical.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Precisamente a este alegato asistimos el martes pasado en la segunda velada del Festival de la Guitarra de la mano del maestro jerezano Gerardo Núñez, que volvía a Córdoba arropado por dos de las figuras con más proyección del momento, Dani de Morón y Diego del Morao.

Aforo completo en la puesta de largo de un espectáculo que días antes los tres habían presentado en el festival madrileño ‘Suma Flamenca’ bajo el nombre de ‘Cuarta dimensión’ (en Córdoba se anunció como ‘Guitarras de la Frontera’). Un concierto en el que se postularon tres estilos de toque bien diferenciados. Tres formas de entender el flamenco. Y una misma idea: reivindicar que la guitarra flamenca tiene por delante un prometedor futuro.

Diego del Morao. Foto: Miguel Valverde.

Abrió la noche el hijo de Moraíto Chico. Su toque está cortado por la tijera de la estirpe a la que pertenece, una escuela a la que el más pequeño de los Morao ha sumado musicalidad y técnica. Diego puso el corazón en cada nota de la seguiriya, el taranto y la bulería que interpretó. Y aunque el sonido de su guitarra no fue el mejor de la noche, brindó grandes trazos de flamencura sobre el escenario.

La velada fue de menos a más. Y de ello se encargó en gran medida Dani de Morón. Él fue el alma. El último Giraldillo al Toque en la Bienal de Flamenco de 2012 elevó el listón con una actuación en la que volvió a dar muestra de su personal estilo. Sutileza en el toque, evocadoras melodías y un gran compás hacen de este guitarrista, al que hace años el maestro Paco de Lucía ya llamó para acompañarlo en su gira de ‘Cositas Buenas’, uno de los más firmes valores de la nueva hornada de guitarristas tanto en su faceta de compositor como de intérprete.

Dani de Morón. Foto: guitarracordoba.org

El momento esperado de la noche llegó con la aparición de Gerardo Núñez. El maestro que navega entre dos aguas, las del flamenco y el jazz, estuvo acompañado por el contrabajo de Pablo Martín. Suyos fueron los mejores momentos, especialmente dando rienda suelta a la improvisación. Es reconfortante comprobar cómo el flamenco se engrandece cuando toma prestados elementos de otras músicas en la guitarra del jerezano. Y es que Gerardo Núñez es la libertad bien entendida. El flamenco en su acepción más amplia.

Gerardo Núñez. Foto: guitarracordoba.org

Y en una noche en la que de lo que se trataba era de reivindicar el papel de la guitarra flamenca y su nuevo devenir, qué mejor fin de fiesta que los tres protagonistas sobre el escenario a modo de ‘jam session’. Una despedida con tintes jazzísticos en la que los tres volvieron a dejar bien claro que la guitarra flamenca contemporánea discurre por un único camino: el que no tiene fronteras.

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